Por Carlos Cabrera Pérez
Madrid.- El gobierno cubano mantiene movilizados a militares para “cuidar” barrios y pueblos durante los apagones, confirmaron varios de ellos a El Vigía de Cuba, asegurando que todos los involucrados en la nueva custodia están en servicio activo en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) con grados de hasta teniente coronel.
La medida ha sido aplicada desde hace unos quince días, ante la prolongación en horas de los apagones, que dañan a Cuba de punta a cabo, precisaron los militares, que exigieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias del mando.
El gobierno ha tenido que recurrir a militares de los diferentes tipos de armas y regiones porque el Ministerio del Interior (MININT) sigue inmerso en una crisis que golpea a la Contrainteligencia, la Inteligencia y por episodios de corrupción en oficiales encargados de reprimir los delitos comunes y servicios de Emigración y Extranjería, que apenas trascienden porque los decepcionados actúan precavidamente en reducidos grupos de confianza, donde se cuestiona el rumbo de Cuba.
El gobierno cubano carece de soluciones para el alto costo de la vida y los irritantes apagones, que se vienen produciendo -con diferente intensidad- desde el otoño de 2019, pero ahora se han recrudecido por la falta de dinero para comprar petróleo y el deterioro de las termoeléctricas y la red de distribución de energía.
“Algunos jefes nos explican que esta tarea es necesaria para cuidar a la patria y culpan al bloqueo de Estados Unidos de nuestras dificultades, pero a nosotros quién nos cuida, porque somos cubanos y padecemos los mismos problemas que el pueblo”, aseveró una de las oficiales de las FAR participante en la nueva tarea.
Entre los años 75-80 del siglo pasado, Raúl Castro apostó por la creación de una casta militar, que viviera un poco menos mal que la mayoría de los cubanos, pero la estrategia que lideró en la práctica el fallecido general de división, Senén Casas Regueiro, fracasó por la fragilidad y dependencia económicas del castrismo.
La nueva medida represiva sigue a las reformas judiciales para endurecer las penas contra cubanos que protesten por el hambre de alimentos, medicinas y luz; mientras tribunales subordinados a la dictadura siguen dictando sentencias ejemplarizantes contra los inconformes.
La reforma penal, que incluyó hasta la cadena perpetua, y los militares en activo recorriendo los barrios forma parte de una estrategia gubernamental para intentar evitar otro 11J, que podría derribar a la dictadura más vieja de Occidente, incapaz de garantizar suministros y servicios básicos a los cubanos, que siguen emigrando en masa desde el otoño de 2021.
Una hija del Che y la Contralora
Recientemente, la médico Aleida Guevara March sorprendió a propios y extraños haciendo un llamado masivo a vigilar las pequeñas y medianas empresas privadas, insinuando que son la causa de muchos de los males de Cuba y que podrían estar involucradas en el tráfico de drogas, que golpea con inusitada fuerza a la juventud.
El reclamo de la hija mayor de Che Guevara con Aleida March; su segunda esposa, confirmó que oficiales de policía y de los órganos especializados de lucha contra la delincuencia, han establecido lazos de cooperación mutua con hampones locales, que pagan por protección, que incluye chivatazos que diluyen los operativos, hasta el extremo que el MININT ha renunciado a las operaciones televisadas, como ocurría en años recientes.
La Contralora General de la República, Gladys Bejerano Portela, aludió a la destitución de Alejandro Gil Fernández, avanzando que será enjuiciado y condenado por “traición”, que es uno de los delitos favoritos del castrismo para intentar escarmientos al afectado y al resto de la cúpula gobernante.
La alta funcionaria manifestó sentirse dolida por la presunta conducta delictiva de Gil, pero elogió al complejo económico-militar de GAESA, pese a que no controla sus cuentas porque no rinde cuentas a la Controlaría ni a la Asamblea Nacional y puso como ejemplo al MINFAR de buena gestión, cuando su programa hotelero privó a Cuba de importantes recursos, incluso en medio de la pandemia de coronavirus.