LAS BOTAS DEL ABUELO, LA LIBERTAD DE CUBA

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Por Adalixis Almaguer ()
«Danos hoy el pan nuestro de cada día” – Mateo 6:11
Miami.- Siempre recuerdo las botas de mi abuelo al pasar la puerta. Yo pequeñísima y aquellas botas enormes que me llegaban a la cintura.
Puedo desandar el acto en mi cabeza, ver a mi abuelo llegar de la finca, quitarse las botas sentado en el taburete antes de entrar a la casa por la cocina, colocarlas al pasar la puerta.
No creo que le vi hacerlo aunque guarde esa memoria como una película, aunque continuamente evoque sus botas al pasar la puerta.
Y un día las botas se quedaron estancadas para siempre al pasar la puerta, sin finca se quedaron… ¡para siempre!
Y luego mi abuelo partió… se fue sin tener nunca más el rocío mañanero en sus BotasSinFinca desde aquel día en que se quedaron perpetuamente al pasar la puerta, solo con su perro echado bajo el taburete, recostado pero con el terruño guardado en la memoria donde no lo podían confiscar.
¡Dios mío, que no demore para los abuelos que quedan la Libertad!

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