Por Madelyn Sardiñas Padrón
Camagüey.- Por estos días me he preguntado, otra vez y entre muchas otras cosas, de qué le sirve al pueblo de Cuba un Parlamento como el aquí existe con unos diputados que, lejos de representarlo, aprueban leyes que limitan en exceso el ejercicio de derechos individuales en favor de un sistema que cada vez empeora las condiciones de vida de los cubanos.
Ese Parlamento, que debería ser el baluarte del respeto a la Constitución, permanece inmóvil ante su reiterado incumplimiento por la más alta dirección del país y los órganos encargados de la seguridad del poder.
En el inciso j) del artículo 16 (Capítulo II “Relaciones Internacionales»), la Carta Magna califica como crimen internacional la agresión y la guerra de conquista y recién fuimos testigos de los deseos de éxitos en la guerra contra Ucrania, que expresó Díaz-Canel a su homólogo ruso Vladimir Putin.
En el inciso e) del propio artículo, la Ley Suprema condena todas las formas de sometimiento en cualquiera de sus manifestaciones. Sin embargo, el mismo Parlamento que la redactó y aprobó, ha creado el entramado legislativo que diseña e implementa una dictadura totalitaria y criminaliza el disenso, incluso, en sus manifestaciones más pacíficas.
En el inciso l) del mismo artículo, la Constitución repudia y condena el terrorismo en cualquiera de sus formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de estado. ¿Acaso las sanciones por sedición a numerosos manifestantes del 11J no son “castigos ejemplarizantes», para infundir el miedo a protestar en la población? ¿Acaso la persecución y el proceso penal contra Alina Bárbara López Hernández y su detención arbitraria, con abuso policial incluido, el pasado 18 de abril, no pretenden acallar su voz y “enseñarle” al resto, que ir en contra del Estado tiene estas consecuencias? SÍ, ESTO TAMBIÉN ES TERRORISMO.
Me pregunto dónde están los que viven del cuento del Fidelismo, quien declaró estar en contra del terrorismo y en contra de la guerra. Condenan la agresión de Israel a Palestina, pero desean éxitos a Rusia en la suya contra Ucrania; condenan el terrorismo que practican otros, mientras se mantienen en el poder a base de sembrar el terror en su propia nación.
Hace un año me senté por primera vez en el Parque Agramonte de mi natal Camagüey como manifestación de protesta para NO MORIR CON LOS BRAZOS CRUZADOS, porque algo hay que hacer para librarnos del desastre en que ya estamos.
PROTESTO contra las disímiles y denigrantes formas de discriminación y represión de las que somos víctimas todos los que expresamos opiniones críticas públicamente. Estas formas incluyen la violación del derecho al trabajo y a la educación, diversas formas de reclusión, acoso policial, amenazas a familiares y amigos, descrédito público, destierro, entre otras.
PROTESTO contra la indolencia del partido único que permanece inmóvil ante una estampida migratoria que separa a las familias cubanas; que condena a todo un pueblo a vivir en la miseria y nos convierte en parásitos de quienes emigran y/o en delincuentes comunes para poder sobrevivir.
PROTESTO contra la mentira, la manipulación y la hipocresía con que pretenden mostrar al mundo una Cuba totalmente diferente a la que realmente vivimos.
PROTESTO contra las abusivas condenas a todos los que se manifiestan en contra de un régimen que se dice socialista, pero que en realidad no es otra cosa que una dictadura totalitaria que se mantiene a base de represión militar y mediante un sistema judicial que está muy lejos de ser justo.
PROTESTO contra una ley electoral que garantiza la ausencia de representatividad del pueblo en el órgano legislativo. El partido no representa al pueblo; sólo el 7% de toda la población cubana milita es ese partido, mientras que esta ley asegura que al menos el 51% de sus miembros pertenezcan a dicha organización.
PROTESTO contra el continuo empobrecimiento a que someten a este pueblo con sus erradas medidas económicas, a pesar de las advertencias y las soluciones aportadas por numerosos y prestigiosos economistas cubanos.
RECLAMO una Asamblea Constituyente verdaderamente representativa de todos los sectores sociales y políticos de la nación, que elabore una nueva Constitución en la que no haya partido único y en la que se dignifique a todos los cubanos como los seres humanos que somos, por encima de cualquier ideología política.
RECLAMO otra ley electoral; una en la que el pueblo nomine directamente a sus representantes al máximo órgano legislativo y vote para elegir a su presidente.
RECLAMO otro órgano legislativo; uno que represente al pueblo y no al partido único, que funcione a tiempo completo y no deje en manos de 18 personas la facultad de decidir por más de catorce millones de cubanos sin siquiera consultarles, que se ocupe realmente de cuidar el patrimonio del pueblo y que sea capaz de generar leyes que respeten los derechos humanos de todos y cada uno de los nacidos en esta tierra y sus descendientes.
RECLAMO un poder judicial libre de dogmas ideológicos de cualquier índole, con verdadera independencia para actuar conforme a la ley.
RECLAMO una prensa libre que responda únicamente a la verdad, que merezca la contribución que recibe de ese mismo pueblo al que engaña y manipula.
RECLAMO la liberación inmediata y sin condiciones de todos los presos políticos y el cese del hostigamiento a ellos y a sus familiares y amigos.
RECLAMO la dimisión de todos los integrantes del poder ejecutivo. Ninguno ha sido capaz de encausar el rumbo de esta nación hacia el progreso y algunos hasta han manifestado públicamente no tener idea de cómo hacerlo, lo que demuestra su incapacidad para lograrlo.
Reafirmo, además, la DECLARACIÓN DE CAMAGÜEY publicada en LA HORA DE CUBA el pasado mes de marzo.