Por Serguei Peralta (Colaborador)
Moscú.- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, arribó este martes a la capital rusa para asistir el venidero día 9 al Desfile de la Victoria en la Gran Guerra Patria (1941-1945) y otras actividades relacionadas con el referido festejo. Además de extenderle la mano a Vladímir Putin, su única tabla de salvación en la actualidad.
Según las agencias rusas, «el asesor del Kremlin Yuri Ushakov avanzó la víspera que, después del desfile, el líder cubano sostendrá conversaciones con su par ruso, Vladímir Putin».
Las conversaciones serán primero privadas, entre ambos mandatarios, y luego se sumarán integrantes de la comitiva que acompaña al impuesto presidente cubano y personal del equipo de trabajo del jefe de Estado del país anfitrión.
Aunque ninguna de las partes lo ha dicho hasta el momento, y posiblemente nunca lo sabremos oficialmente, el objetivo número uno de Díaz-Canel durante su estancia en Moscú será insistirle a Putin por créditos, por harina para producir pan y por petróleo para las termoeléctricas, porque los apagones son cada vez más largos en Cuba y él sabe que en cualquier momento la isla puede estallar, a pesar de que le han sacado la presión una y otra vez, con la salida de casi un millón de personas al exterior en los tres últimos años.
Al mismo tiempo, el presidente cubano aprovechará la visita para participar en una reunión del Consejo Económico Supremo Euroasiático programada para mañana, 8 de mayo, y aunque lo hará en calidad de observador, porque Cuba no pertenece oficialmente a la referida organización, implorará de nuevo por créditos, combustibles, por el envío de turistas a Cuba, porque el gobierno de La Habana cree que todo lo van a resolver los vacacionistas extranjeros, y la apertura de vuelos de Beijing a La Habana dos veces a la semana y la excepción de visados a los chinos son apenas las últimas muestras.
Según la agencia Sputnik, «en noviembre de 2022, Díaz-Canel realizó una visita de cuatro días a Moscú, durante la cual sostuvo encuentros de alto nivel, entre ellos con Putin; con el presidente del partido gobernante Rusia Unida y vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev; la presidenta del Consejo de la Federación (Senado), Valentina Matvienko; y el presidente de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento), Viacheslav Volodin».
En anteriores ocasiones, a pesar de la insistencia, Díaz-Canel no ha podido arrancarle créditos considerables a Putin, que a lo más que ha llegado ha sido a 106 millones de dólares, con el argumento de que su país está en guerra, aunque el líder ruso sabe que Cuba no pagará jamás, porque un país que no produce, no tiene cómo pagar.
El Canelo, como lo llaman en Cuba, insistirá para que Aeroflot vuelva a volar a La Habana, luego de que la compañía tomara la determinación de finalizar los vuelos por esa ruta el venidero 12 de mayo.
Es posible que nunca sepamos lo que hablen Díaz-Canel y Putin, pero sí es seguro que una vez llegado a La Habana, el dirigente impuesto por Raúl Castro mandará otro mensaje optimista, con la única intención de seguir ganando tiempo, solo que, tal como están las cosas en Cuba, hasta el tiempo se le está acabando, y no solo a él.