Por Jorge Sotero ()
La Habana.- Luego de unos días de vacaciones, ya estoy de regreso a las rutinas, a esas tareas habituales que implican estar al tanto de lo que ocurre en el mundo, y acá, en Cuba, donde al parecer todo se hace bien, bajo la égida del gobierno más bueno y sano del mundo, el más altruista y el más honesto.
Los medios cubanos, por estos días, han seguido al pie de la letra lo que ha ocurrido con las protestas de los estudiantes que se han puesto al lado de la lucha del pueblo palestino por sus derechos. No han dejado los periódicos, las emisoras y las televisoras castristas, escapar un caso para poner sobre el tapete el actuar de la policía estadounidense en cuanto a los estudiantes se refiere.
Ya sabemos: hay que virarse para el norte para que los que aún creen en ellos sigan pensando que en cualquier parte la policía reprime, que lo hace incluso más fuerte, que los agentes son más violentos, dan palos, golpean, encierran…
Esa ha sido la tónica de los últimos días: la defensa a ultranza del accionar de los miles de estudiantes que protestaron en Estados Unidos por varias cosas. En primer lugar por la vida de los palestinos, luego porque cesen los bombardeos israelíes, y también porque Washington le ponga fin al apoyo incondicional al gobierno de Jerusalén.
Sin embargo, esos mismos medios se callan cuando los jóvenes cubanos protestan contra el gobierno, cuando cuestionan el accionar de las huestes policiales, cuando los envían injustamente a las mazamorras castristas, con condenas exageradas, solo por marchar pacíficamente en demanda de libertad o mejores condiciones de vida.
Cuando el 11 de julio de 2021, la prensa gubernamental hizo silencio. Se comió las palizas, los disparos, los juicios amañados, las estrafalarias condenas, el accionar sucio de los escuadrones de la seguridad del Estado, quienes hicieron lo que les vino en ganas con el visto bueno de las altas esferas, o, mejor, a las órdenes de la jerarquía castrocomunista.
A mí me gustaría que los medios cubanos, que están todos sometidos al férreo control del Partido Comunista, reflejaran lo que ocurre en Estados unidos con los estudiantes, incluso aunque lo exageraran, pero también que algún día se volvieran hacia la realidad interna: la coacción de las libertades, la represión, las condenas, las muertes, las drogas, la falta de posibilidades y de sueños.
Pero eso no lo van a hacer jamás. Y más: irán a foros internacionales a intentar poner a Estados Unidos en el banquillo de los acusados y sacarán pecho, diciendo que en Cuba esto, o en Cuba lo otro.
El gobierno cubano no solo es cruel, ruin, inepto e incapaz, es también mentiroso, ladino, sucio, capaz de cualquier cosa por estirar su permanencia en el poder. Los que gobiernan no tienen escrúpulos a la hora de mentir y de manipular.
Solo que los cubanos comprenden cada vez más cuál es su modo de actuar y van desentrañando sus falacias, una tras otra, conscientes de que el momento definitivo, el de la libertad, está al doblar de la esquina.
