Por Adalixis Almaguer
Miami.- Recuerdo el 11J y un exilio que llevaba más de 60 años preparándose para ese momento y preparado no tenía nada, o nada al menos que no llevara varias décadas obsoleto por no concordar con la actual realidad de la isla y el mundo. ¿Qué hizo el exilio además de gritar: si Cuba está en la calle, Miami también? ¿Qué le resolvió a los manifestantes que el exilio estuviese en la calle? No me malinterpreten, para los que fuimos al Versailles a gritar -entre los que me sumo- fue catártico. Emocionalmente épico.
¿Qué parte de los fondos que recibe el exilio se utilizan en acciones concretas que realmente ayuden? ¿Estamos cubriendo realmente las necesidades de los que hoy están presos por esas protestas? ¿O deben ser adeptos a la facción que maneja monetariamente la cuestión?
De discursos y planes triunfalistas ya bastante tenemos. Espero que la próxima seamos más objetivos.
Entiendo que la herida que la dictadura le ha causado a la nación no se tapa con curitas. Sangra profundamente. Es honda y no tenemos suturas. ¿Y si tenemos otro 11J? Porque todos vaticinan que en cualquier momento se puede producir otro estallido social. Ojalá no sea una masacre, pero la inseguridad del poder es directamente proporcional a la sed de sus garras. ¿Qué vamos a hacer? ¿Salir a gritar otra vez?
