José Ángel García Veloso
La Habana.- Es recurrente escuchar hablar de trabajo político ideológico, incluso, en estos días se mostró en el NTV, como la prioridad número uno del Ministerio de Industrias.
El combate en las redes sociales, de todos los «revolucionarios» es una de las facetas de este trabajo. Indicarle o sugerirle a quien tiene un celular corporativo, entregarse al combate es habitual.
Si en vez de tanta muela, cada cual atendiera con el celo que se requiere el área de trabajo que le corresponde y consiguiera los resultados que de él se esperan; si la indolencia no campeara por sus respetos; si los departamentos de quejas no fueran un saco roto, donde solo se dan respuestas formales y no se resuelve ningún problema más allá de las estadísticas; si no importara más lo que la gente dice que lo que hace; si se respetaran los derechos de las personas y su ejercicio no se concibiera relativo; si los desmanes y los autoritarismos de lo que tienen una cuota de poder, fueran frenados de un golpe a su menor asomo y no se intentara justificarlos a toda costa; si hubiera – y se incentivara – menos la guataquería y el servilismo, premiando, por el contrario, la sinceridad y la transparencia; si en vez de buscar culpables buscaran soluciones; si se reprimieran un poco los egos y nos reconociéramos todos como simples mortales cargados de defectos; si todo el peso de la ley fuera la justicia; tendríamos un país «vivible» – no hace falta que sea próspero, de eso hablamos después, ahora solo hace falta que sea vivible – y no haría falta combatir a «las plataformas mediáticas colonizadoras» y a los que «adulteran» la realidad en las redes sociales.
