Por Carlos Cabrera Pérez
Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío y Eliseo Diego jamás imaginaron que su laureada película Guantanamera tendría un remake trágico y en área dólar, porque involucra a dos turistas fallecidos en Cuba, un canadiense; que no aparece ni en los centros espirituales, y otro ruso despachado a Canadá, al ser confundido con el primero, para enojo y tristeza de sus deudos.
El doble error ocurre con ciudadanos de países importantes para La Habana, como aliados tácticos y emisores de turistas, pero hasta el momento, el gobierno cubano no ha anunciado destituciones por la cadena de errores, ni detalles sobre el paradero del infortunado turista canadiense; mientras que el fallecido ruso debe estar en Moscú o llegando.
La empresa cubana responsable de la fúnebre confusión es la aseguradora ASISTUR, S. A.; otra de las unidades de producción y defensa del tardocastrismo y que funciona, desde hace 33 años, en Prado No.208 e/ Trocadero y Colón, en la Habana Vieja.
Lamentablemente, ASISTUR ha debido sufrir un deterioro en sus servicios, pues el año pasado fue distinguida como Vanguardia Nacional, atendiendo a su “excelencia empresarial”; distinción que compartió con el resto de empresas del Grupo Caudal, S. A., adscrito al Ministerio de Finanzas y Precios.
El turista canadiense, identificado como Faraj Allah Jarjour, falleció de un infarto en una playa de Varadero, desprovista de socorristas y -ya cadáver- permaneció ocho horas al sol, porque en el hotel donde se hospedaba no había personal sanitario, siempre según el testimonio de la familia.
Como es lógico, el escándalo mantiene en vilo a Canadá, a sus medios de comunicación y entristecidos y desesperados a los deudos del fallecido; mientras el canciller cubano, Bruno Rodríguez, ha tenido que disculparse con su homóloga canadiense, Mélanie Joly, por tan “desafortunado error”, pero no ha podido darle razones sobre el paradero del cadáver de Allah.
Otra vez, el doctor Ramón Grau San Martín, uno de los mayores espíritus burlones de la República, ha acertado con el pronóstico sobre el castrismo: Tranquilos, hijos, tranquilos, que el general deterioro arreglará esto…
