Manuel Viera
La Habana.- Son las cosas del comunismo que nunca voy a entender. Esto en el capitalismo se resuelve fácil. Para eso existe la jornada laboral y las horas extras. Tienes necesidad de producir más, pagas el trabajo y listo.
El comunista se complica, mal emplea la mal pagada jornada laboral y luego apela al altruismo, al trabajo voluntario en día de descanso, al trabajo remunerado con un diploma y golpes en el pecho. Leva cámaras y periodistas a la jornada, publica fotos donde cuatro recogen un gajo, ocho barren en un metro cuadrado y uno azadonea bajo el sol en tenis, jeans y camisa sin sudar. Al final, en solemne acto político, cantan, se distribuyen medallas, diplomas y se aplauden unos a otros mientras se sigue sin producir.
Llevan 65 años apelando a la fórmula altruista del trabajo voluntario socialista sin resultados y la solución sigue siendo…MÁS DE LO MISMO!
Si el trabajo se remunerara de forma justa y se aprovechara cada jornada para producir, si el trabajador fuera contento a trabajar motivado por la necesidad de recibir la remuneración por su trabajo, ¿para qué haría falta el trabajo voluntario?
La necesidad de apelar al trabajo voluntario cual obra de teatro solo es un mal acto que deja en evidencia la incapacidad de remunerar, trabajar y producir del socialismo. El trabajo voluntario luego de 65 años de socialismo en Cuba no es más que una afirmación de la utopía y una confirmación de su fracaso.