Por Yoyo Malagón
Madrid.- Si alguien pensaba que el Real Madrid tenía que hacer algo más para sentenciar La Liga, este domingo salió de dudas con la remontada de los de Carlo Ancelotti ante el Barcelona en el Santiago Bernabeu por 3-2, que los pone con 11 puntos de ventaja a falta de seis jornadas para el final.
Como de costumbre, el equipo blanco salió debajo. Apenas a los seis minutos aprovechó Andreas Christensen un corner y puso el 0-1. Se comió el gol Andriy Lunin, que no pareció ser el mismo arquero que jugó el miércoles ante el Manchester City.
La desventaja no amilanó a los jugadores locales, que insistieron en buscar el arco rival una y otra vez, hasta que Pau Cubarsí le hizo penal a Lucas Vázquez y Vinicius Junior igualó desde los 11 pasos.
El brasileño es el primero en eso de tirar las penas máximas, porque sobre la cancha estaban Rodrigo, Jude Bellingham, Tony Kroos y Luka Modric, y Ancelotti decidió que fuera él.
Con el 1-1, el Madrid se adormiló un poco. El empate le permitía mantener los ocho puntos de ventaja con los que llegó al partido, y eso era suficiente, pero el Barcelona se inventó un gol a 20 minutos del final, por intermedio de Fermín, y al verse en desventaja el equipo blanco se picó de nuevo, y solo instantes después puso el empate.
Vinicius se fue por la izquierda y lanzó un centro perfecto, que remató con una clase tremenda Lucas Vázquez al segundo palo. Faltaban aún 20 minutos, pero esta vez el Real Madrid no se conformó con el empate y ya sin Vinicius, Rodrigo y Eduardo Camavinga sobre la cancha, consiguió el 3-2 definitivo.
La jugada fue un golazo tremendo. Brahim Díaz transportó por el centro de la cancha ante el acoso rival. Luego mandó la pelota a Lucas hacia la derecha. Este dio dos pasos y tiró un centro perfecto, que Joselu dejó pasar cual si supiera que detrás venía el hombre en mejor posición para rematar. Y así fue.
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Por detrás vino Bellingham y pegó un zapatazo inapelable, ante el cual Ter Stegen solo pudo levantar las manos y verla pasar. El partido entraba en el alargue y el Bernabeu en pleno comenzó a festejar. El Barcelona estaba a 11 puntos, cinco más de a los que pensaban estar cuando llegaron al Santiago Bernabeu.
Con 11 puntos, y seis fechas por delante, el título es más blanco que nunca. Si todo no era cuestión de tiempo antes del partido y La Liga parecía sentenciada, imagínense ahora, cuando la diferencia es de 11 unidades.
El Madrid es campeón, aunque oficialmente haya que esperar a que la cantidad de puntos en disputa sea inferior a los que necesitan los rivales para arrebatarle el trofeo. Cuestión de tiempo… y nada más.