Por Esteban Fernández Roig Jr.
Miami.- De chiquito le tenía terror a los payasos. Mi padre me llevó a un pueblo cercano al “Circo Moralito” y lo obligué a irnos por mi fobia con los payasos.
La cura, el antídoto, para ese miedo se llamaron “Gaby, Fofó y Miliki”. Vaya, esos sí que me encantaron, sobre todo mi favorito era Alfonso Aragón Bermúdez más conocido como “Fofó”. Nacido en Madrid el 8 de febrero de 1923.
Todos los niños del barrio sentados en el suelo de la sala de mi casa, a las seis de la tarde, frente al televisor, muertos de la risa disfrutando de las peripecias de estos tres bufones españoles. Peleaba con los que decían gustarle más Gaby o Miliki.
Muy difícil encontrar un cubano de mi generación que no los recuerde con emoción y agradecimiento, porque nos hicieron pasar muchos momentos placenteros.
Para mí fue súper triste cuando vi hace años -en las redes sociales- un vídeo que los payasos Gaby y Miliki grabaron -en 1976- cuando, con solo 53 años, Fofó fallece tras una sufrir una hepatitis fulminante.
Les juro que por mi mejillas corrieron lágrimas escuchando a “Gaby” decir: “Hay una cosa muy importante que queremos decirles: Fofó está muy contento, está muy feliz. No está aquí con nosotros, porque en el cielo hay muchos niños que lo esperaban y él voluntariamente se ha ido al cielo a cantarles canciones a todos ellos”.