Tania Tasé ()
Berlín.- Como yo lo veo, el amor no es más que una reacción instintiva ante el pánico que sentimos a la soledad. Es humano, es de vida, no querer estar solos en este ciclo duro y fiero al que llamamos vida.
En estos tiempos de soltadera y prescindibilidad, en el que desechamos a las personas como si fueran trapos pasados de moda, yo afirmo que hay personas que se hacen totalmente imprescindibles en nuestras vidas.
Y mientras pienso en estos asuntos de amor y acompañamiento, me brotan flores por todos los poros y en todos los órganos, aunque algunas tengan espinas.
Agradezco las espinas de todas las flores que me han enseñado nunca des-querer a alguien. Ni soltarlo, ni prescindir de él/ella.
Aunque algunos no estén cerca, me siguen acompañando, algunos muy a su pesar, pues soy algo difícil de soportar.
Y también tengo espinas. Mas, no soledad