Por Manuel Viera ()
La Habana.- Las terrazas tienen una belleza indiscutible, sin embargo hay un par de cuestiones que no entiendo. Está claro que desde hace años y contra toda lógica los hoteles son solo para el turismo extranjero o quien pueda pagarlos con fe, sin embargo no encuentro lógico que los paisajes y lugares naturales que son de todos los que nacimos en esta tierra se conviertan en lugares «prohibidos».
Después de recorrer unos 70 kilómetros, para entrar a «Las terrazas», te encuentras una puerta con una caseta, y si tu intensión es visitar el río San Juan te imponen la entrada sin opciones.
Debes pagar mil 800 pesos por persona y la entrada te incluye apenas un bistecito de cerdo y un poquito de arroz. Aún cuando tu no quieras la comida o la lleves de tu casa te cobran mil 800 pesos por persona sin opción.

Cuando finalmente logras entrar descubres que ya dentro de la instalación la angosta vía de varios kilómetros que llega al río es cada vez más inaccesible y dentro de poco será necesario acceder en un tanque de guerra. Por eso no recomiendo ir en auto de paseo.
Ya en el río, notas rápidamente el deterioro y te asombras al descubrir que no hay absolutamente nada de tomar, ni una sola lata de refresco, ni una cerveza, ni siquiera agua embotellada. Es ahí donde te preguntas… ¿bueno… y qué hacen con los mil 800 pesos por persona que se pagan solo por entrar?
En resumen, las piscinas naturales del río San Juan, con su exuberante paisaje y belleza constituye hoy un sitio al que arriban turistas que seguramente no se llevan una buena imagen ante el evidente deterioro, lo incómodo del acceso y la falta de ofertas de todo tipo.
Es algo impresionante para los que, como yo, crecimos como profesionales entre la exigencia de fichas de costo y márgenes comerciales aprobados que hoy el precio de un simple servicio público de unas horas sobrepase la capacidad de compra de todo un mes de un salario o una jubilación. Es como si hubiesen dicho a las entidades… ¡Cobren lo que les de la gana!
¡Inaudito, inadmisible e increíble! ¡No lo recomiendo!