Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Estas son las palabras de Bruno Rodriguez, ministro de Exteriores de la República de Cuba, a propósito del asalto a la embajada de México en Quito por las fuerzas policiales de Ecuador.
Es evidente que cuando se violan preceptos reconocidos por todos a nivel internacional, es muy difícil no estar de acuerdo con este «juego de palabras» y, en este caso concreto, es evidente la violació n con fuerza de las fronteras de una sede diplomática.
Lo que me preocupa es más de fondo. Es el derecho que se abroga el señor Bruno Rodríguez a utilizar estas palabras a su entera conveniencia. La hipocresía campa a sus anchas ante el asedio constantes en la isla a los que difieren en pensamiento, a los que participan en protestas contra el régimen. Con estos lo que vale es el derecho a la fuerza y sin miramiento alguno.
No estan lejos aquellos días en que la emprendieron con los muchachos que fueron al Ministerio de Cultura a hablar pacíficamente. Los metieron a empujones en buses.
También es reciente el llamado de Díaz-Canel a la guerra civil entre cubanos, cuando armó a un ejército de tracatanes con palos y hierros para enfrentar cualquier tipo de reacción antigubernamental.
Para el cubano se aplica el derecho a la fuerza, de puertas hacia afuera la fuerza del derecho.
El cinismo de nuestros gobernantes es tal que ya no esconden ninguna intención. Si cuando vivía Fidel Castro algunas cosas se disimulaban, tambien a conveniencia, hoy el descaro campa a sus anchas en todos los aspectos políticos, sociales y economicos del país.
El pueblo cubano no es solo agredido hoy por la fuerzas policiales: es sacrificado por el gobierno cuando le da seis horas de alumbrones, cuando les quita el agua, el transporte, la comida, esa es otra manera de agredir y de abusar del pueblo, mientras ellos justifican sus salarios en el aire acondicionado del Palacio de la Revolución hablando cualquier tontería.
Esas son demostraciones del derecho a la fuerza que cada día practican con el pueblo cubano. Eso sí, de puertas para afuera quieren hacer valer la fuerza del derecho.