Por Pucho Oroza
Varadero.- Después de ganar tres veces consecutivas la Serie Final de la NBA con los Bulls (1991-93), de ser en todas ellas el Jugador Más Valioso, ademá de quedar par de veces MVP de la temporada regular, siete veces líder anotador de la NBA y nueve veces seleccionado al Juego de Estrellas, entre otros muchos logros, Michael Jordan sorprendió al mundo cuando el 6 de octubre de 1993, a sus 30 años de edad y sin haber sufrido lesiones de consideración, dijo «adiós» al basket.
La muerte de su padre, toda la presión del momento le hizo cambiar de aires e intentar cumplir el sueño de progenitor, jugar béisbol. El 9 de abril, hace 30 años, hizo su debut con los Barones de Birmingham clase AA, filial de los Medias Blancas de Chicago. Y aunque en su primer juego no le fue mal, bateó de 5-2, con un doble, la aventura no fue un nido de amor.
Michael jugó 127 juegos en Clase AA. En 436 turnos oficiales disparó 88 hits, de ellos 21 extrabases: 17 dobles, un triple y tres cuadrangulares. Impulsó 51 carreras y anotó otras 46, negoció 51 boletos para una línea discreta de AVE/OBP/SLG de 201/289/266. Robó 30 bases en 48 intentos y su por ciento de fildeo en los jardines fue de 952 con 11 errores cometidos.
En 1994, año de su incursión en béisbol, fue el año de la huelga de los peloteros profesionales en las Grandes Ligas, pero que no afectó a las Ligas Menores. Jordan, en su afán de poder ascender, se fue a jugar a una liga independiente, la Arizona Fall League donde se enroló con los Scottsdale Scorpions y bateó para .252 en 123 turnos oficiales, números que tampoco fueron fabulosos y más aún por tratarse de un circuito de menor nivel de juego.
La crisis en el béisbol rentado en ese momento, sumado a su solidaridad con los peloteros en el proceso, además de los bajos rendimientos, hicieron que regresara a las canchas del basket, gracias a Dios, en 1995, ganando con sus míticos Toros de Chicago, otros tres Campeonatos consecutivos de NBA, sumando otros dos MVP de la liga y los tres MVP de las tres finales (1996-1998).
Jordan tuvo una carrera irrepetible en la NBA, no tan buena en el béisbol, sin embargo, dejó este recuerdo para los fanáticos suyos y del deporte de las bolas y los strike. Dios tenía reservado para su majestad Michael el título de verdadero Goat del baloncesto de todos los tiempos.