Por Manuel Viera ()
La Habana.- Salí a comprar algunas cosas y he regresado indignado. Un cartón de huevos cubanos de esos que parecen de paloma, embarrados de mierda y con olor a mierda… de esos blancos de clara y yema, de esos huevos con anemia, cuesta ya tres mil 500 pesos o 120 pesos la unidad.
Huevos de esos que envían a las bodegas porque no hay para vender liberados, pero que, sin embargo, abundan debajo de los puentes y en cada candonga de La Habana. Hemos llegado a un punto tan absurdo donde es más ostentoso brindar a una visita dos huevos fritos que un bistec de cerdo. Cuando cuestioné al vendedor sobre el incremento del precio me dijo:
-¡El huevo subió porque subió el dólar!
Cuando le pregunté si él compraba los huevos en dólares se echó a reír. Ojo, que no estoy hablando de los huevos importados, esos vienen de gallinas desestresadas o más bien alimentadas, cuestan dólares y suben la hemoglobina.
Llama la atención sobre todo que en el caso del pollo y la carne el incremento de los últimos días ha sido poco notable por lo que si dependiera de mí esos huevos se les van a volver pollitos debajo del puente de 100, o en la plaza de Marianao, o en la candonga de La Lisa.
Curioso es que cuando el dólar incrementa su equivalencia en pesos en un 15 por ciento, los precios de artículos como el huevo reaccionan incrementando su precio un 25 por ciento, algo que solo encuentra explicación en una economía que es un desastre y donde nadie hace nada sensato por ordenarla.
Para los que no viven en Cuba, explicarles que un cartón de huevos hoy cuesta en La Habana 10 dólares, lo que equivale al salario mensual de un técnico, y que duplica la pensión o la jubilación mensual de un anciano. Nada que por estos días prefiero comerme media libra de carne y no tres huevos que no hacen uno.
Y mientras pasa un águila por el mar, cero medida efectiva e inteligente por parte del gobierno, más allá de amenazar con volver una vez más a ajustar el precio oficial del dólar, lo que sería chocar otra vez con la misma piedra y provocar un nuevo incremento de su precio informal… pues es solo en el mercado informal donde existe oferta.
Nunca sería efectivo un nuevo ajuste de las divisas bajo valores rígidos, pero evidentemente no hay ideas cuando se amenaza con un tercer reordenamiento del mercado cambiario. Es como el cuento de la buena pipa. Como único pudiese resultar medianamente efectivo sería bajo un verdadero mercado, donde el precio formal reaccione a la misma velocidad del informal, pero los viejos y cansados dinosaurios no lo entienden así.
Sería muy trabajoso, distorsionaría una economía centralizada y estáticamente planificada desde un año antes y prefieren, en todo caso, crearse la ilusión óptica o masturbación mental de que están protegidos contra la especulación financiera, cuando la única medida lógica y real sería formar parte de ella.
Pero eso resultaría demasiado capitalista para un dinosaurio marxista de neuronas soviéticas. Narnia va en picada, se ha desbocado, va de cabeza y no tiene frenos.