CUANDO LAS EVIDENCIAS LO SUPERAN TODO

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Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- El gobierno se va rindiendo ante la evidencia que los supera. Como ya comenté en artículos pasados el gobierno ya cayó. La falta de ideas y la cantidad de problemas acumulados es para ellos incontrolable, lo que los lleva a reconocer la dura realidad: Todo es cuestión de tiempo.

El viernes el señor Miguel Díaz-Canel, continuando con sus bonitas frases que no aportan ninguna solución, llamo a los trabajadores de Granma a ser creativos y a aspirar a que este periódico sea el más leído por la juventud.

Curiosamente, en un país donde la prensa está controlada por el Estado y donde se publica únicamente lo que al gobierno le interesa publicar, es muy significativo que el primer secretario del partido diga que no lo lee la juventud. De facto, admite que a la gente no le interesa la basura que publican.

En otro orden de cosas, Marrero sigue con su pataleta de establecer un curso de cambio peso/dólar acorde con su realidad (muy distinta de la de la calle), pues según él eso impacta directamente sobre la inflación y los precios.

La pregunta es ¿quién creó esa inflación y quién es el responsable?

Marrero culpa al periódico El Toque de establecer el tipo de cambio, cosa nunca vista en ningún país del mundo. También habla de tomar medidas al respecto desde hace tiempo y no toma nada por la sencilla razón de que un país en bancarrota no tiene recursos para intervenir en el mercado cambiario y su política económica, y por no producir nada condenan el valor del peso.

De tal manera, este tema en las circunstancias actuales no tiene solución. Así de sencillo.

Por otra parte, el periódico Trabajadores reconoce la problemática de la población que deambula por las ciudades, que duerme en parques, que no tiene comida y recogen sobras en los contenedores de basura. Cifran esta población en unas tres mil 600 personas y reconocen que no hay solución para ellos. Si tenemos en cuenta la realidad del cubano de a pie, el que vive por debajo del umbral de la pobreza, nuestros números son muy parecidos a los de Haití.

Observemos cómo el gobierno ya no habla de soluciones. Los problemas les han caído arriba por su ineptitud y desidia y simplemente reconocen que no hay soluciones. Esto es la historia de una muerte en cuidados paliativos.

Tampoco tienen solución los apagones: llegó petróleo ruso, hubo tres días sin apagones y vuelta a empezar. Las termoeléctricas se arreglan durante un mes para trabajar tres días hasta que se vuelven a romper.

El transporte es inexistente sin ningún tipo de solución. Y así, todo va según lo planeado, directo a la paralización completa del país.

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