DÍAZ-CANEL EN 4D

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Por Oscar Durán

La Habana.- Llegó el segundo podcast de Miguel Díaz-Canel y sus porristas. Por muy malo que parezca, ojalá y lo mantengan. Ellos mismos se tiran la soga al cuello hablando cualquier cantidad de estupideces, como si el cubano fuera un imbécil o una marioneta. Ya nadie les cree nada y ellos tampoco hacen méritos para que uno les crea.

Esta vez, Díaz-Canel habló de cuatro “dimensiones fundamentales” con respecto al tema de la canasta básica y lo acompañaron Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior y Oscar Pérez-Oliva, viceministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera. Sí, de dimensiones habló el marido de la Machi, a modo de justificar el olímpico desastre que tiene con la alimentación del pueblo. En cualquier otro país, todos estos sinvergüenzas, mínimo, estuvieran tras las rejas halando 30 años por las costillas.

Sin embargo, aquí, en la porquería de país este, los dirigentes salen sin complejos a tratar de tapar la situación tan delicada de la alimentación en la isla, aplicando la teoría de siempre: el bloqueo, ese comodín de todos los días dentro de la dictadura castrista.

Empecemos por la primera dimensión de Canel. “¿Por qué nos hemos demorado en dar la canasta de manera completa como se realizaba en otros momentos?” Porque no tiene capacidad mental, ni económica para echar a andar un país. Así de sencillo. La culpa no la tiene Estados Unidos, simplemente ustedes no tienen dólares y las tetas donde mamaban dejaron de dar leche hace un buen rato.

La segunda dimensión es sobre la calidad de algunos productos. “Las personas se están preguntando ¿por qué algunos están llegando con menos calidad?” Posiblemente en Haití, un país donde está en una crisis bastante delicada, no se come tan mal como en Cuba. Picadillo verde, azúcar con hierro, jamonada con gusanos, pan lleno de piedras… Y si sigo, paro vomitando en el baño. Claro, nada de esto come la cúpula, entonces no tienen idea de la cantidad de carroña que come el cubano.

Vayamos a la tercera. “¿Por qué hay productos que no se dan con la misma sistematicidad, por qué han desaparecido de alguna manera de la canasta?” En Cuba, todo ha desaparecido, hasta la vergüenza. Si no hay leche con regularidad para darle a un niño, para qué vamos a caer en las demás cosas que en algún momento hubo y ahora no las encuentras ni en los centros espirituales. Pero lo más triste no es eso, el problema está en que no hay ni habrá nada por largo tiempo, a no ser que entreguen el país y se larguen de una vez y por todas.

Y llegamos a la cuarta dimensión. “¿Cómo se trabaja realmente para asegurar los productos que se garantizarán por la libreta de abastecimiento?” Muy fácil, desde un buró con aire acondicionado se le está dando seguimiento al congelamiento de los ríos en Canadá y también los bajos niveles de agua del Canal de Panamá. Cuando esas dos situaciones se arreglen, los “mandados” llegarán sin problemas a cada bodega cubana. 

Mientras tanto, enfoquémonos mejor en las inolvidables palabras del buenazo de Alejandro Gil: “confianza, que la única salida es la Revolución”. Claro, la única salida a la entrada del infierno.

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