Por Arnoldo Fernández
Contramaestre.- Lo leí sin respirar apenas, me atrapó de principio a fin. Tono intenso, versos coloquiales, limpios, logrados.
Imágenes desgarradoras.
Cada poema, de los 12 que integran el cuaderno, propone un diálogo existencialista en torno a la memoria, la familia, lo doméstico, el individuo, sus conflictos, sus elecciones.
Uno siente, en algunos poemas, ciertos guiños autobiográficos, e intuye la sensibilidad que prefirió el verso como liberación, ascenso espiritual, crecimiento.
Hay aquí una poeta que saluda a sus homólogos, sin el trauma de lo geográfico, o de ese sofisma de considerarla local por haber escrito desde un terruño alejado de las ciudades letradas. Aquí está una poeta de altura.
Ojalá y los que construyen etiquetas, no cometan el error de llamarla de Baire, o de Contramaestre, ojalá y no, porque es una poeta cubana de los pies a la cabeza.
Saludo este cuaderno de Mailin Valdés, recomiendo comprarlo, queridos amigos, no perderán su dinero, es un regalo de infinita sensibilidad que estoy convencido no podrán olvidar.