Por Manuel Viera ()
La Habana.- Hace unos dos años coincidí en este mismo lugar con Díaz-Canel. En un parque engalanado con banderitas, muy limpio y pintado. Incluso durante algo más de una hora los cuentapropistas bajaron sus precios a la mitad en una especie de farsa propagandística.
Hoy regresamos… abundante basura y mal olor, árboles caídos, ranchones destruidos, lugares a medio construir, criaderos de ranas y mosquitos en la emblemática fuente ya en desuso, monos sin pelos y que ya no mueven ni los ojos.
Ahí les dejo algunas imágenes de un parque que se inauguró con mucho bombo y platillo hace apenas unos cinco años, el parque de «La finca de los monos».
Cuando entramos, la cara de mi mujer se transformó poco a poco, hasta que me lanzó una pregunta que no pude responder de esas que en matemática sencillamente les poníamos un (NTS).
¿Para qué lo construyeron si no le iban a dar mantenimiento y lo iban a dejar destruir?