Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Venezuela hace rato decidió dejar de enviar petróleo a Cuba, porque prefiere, como es lógico, venderlo por moneda dura a Estados Unidos, patriotismo aparte.
En México, López Obrador ya está haciendo las maletas. Le quedan dos telediarios. En Brasil, después del desfalco del Mariel, si no hay dinero por delante, poco más queda esperar.
Díaz-Canel estuvo por Argelia. Muchas intenciones, abrazos, pero nada de nada. E Irán… mirando para otro lado.
Rusia, en vista de que no pagamos, evita los envíos y en más de un año, el 9 de marzo, mandó un barco, para complacer un poco a Ricardo Cabrisas, quien iba a estar presente en la Comisión Intergubernamental.
¿Qué estará pasando?
Poco a poco se estrecha el cerco. O bien no pagamos, que es lo habitual que hace el gobierno cubano desde tiempos inmemoriales, o bien «los aliados» ven desde la barrera el despropósito revolucionario.
Apoyo de palabra, sí, pero tirar la pasta a sabiendas de que te van a estafar, no. Así de sencilla es la lógica humana. Y hasta la lógica política, aunque, supuestamente, seas aliado.
Ya pasaron los tiempos del CAME y la solidaridad barata, y lo más triste es que el gobierno cubano lo sabe perfectamente, pero prefiere culpar de su absurdo a otros, incluyendo, como siempre, al gobierno de Estados Unidos.
Incluso, se atreven a llamar al encargado de negocios para protestar por su injerencia. !Qué cinismo y desvergüenza!
Al gobierno de Cuba se le acaba su recorrido de descalabros, y Cuba se les va de las manos desde hace tiempo, tratando de sostenerla con un barco ruso de petróleo. De esa manera, es muy corto el recorrido, los motores siguen calentándose y el pueblo cubano cree menos cada día en sus dirigentes ladrones y acomodados.
Esta ha sido la segunda señal, y como dicen que a la tercera va la vencida… veremos, pero estamos más cerca.
Lo jodido es que Cubana de Aviación tiene un solo avión, o dos, y no caben todos.