(Tomado de las redes sociales del actor Luis Alberto García Novoa)
La Habana.- Soy tan cubano como los que no viven en La Habana. Como aquellos que no residen ni respiran ni duermen en Cuba o en la capital, que “no es de todos los cubanos” o de lo contrario, no botaran de acá a los que no nacieron en ella y tienen otras direcciones.
Por eso, mi abrazo y mi apoyo a las cubanas y cubanos que gritan por hartazgo en otras provincias, por falta de sueño y de sueños y por sus refrigeradores vacíos o descongelados. Por el pan y la leche desaparecidos o venidos muy a menos. Por los precios de miedo. Está permitido y aprobado en la Constitución por la que muchos de ella/os dieron el sí.
A los que han aprendido de civismo y por civismo y la echan sin violencia.
La violencia está en las verdades que tiran al aire y en la apretadera que les están aplicando.
Acaba de finalizar un congreso, otro, de la UPEC, donde acordaron tener otra prensa, pero las imágenes de lo que acontece en Oriente no las vemos en la TV CUBANA sino en las redes. Cada vez es más difícil creerles.
Si en nuestro país estuviera permitido el ejercicio serio y frontal de un periodismo investigativo saldrían a la luz pública meteduras de pata colosales, desmanes de toda clase y las verdaderas “distorsiones”.
El “campo” está pagando “el miedo a las protestas en la capital”. Cubanas y cubanos de esos predios están viviendo un infierno. Pero acá no paran de fabricar hoteles y de ampliar el Mariel (que hasta ahora se traduce para nosotros en almohadillas sanitarias y detergente en polvo) y siguen los mandamases de variados niveles y sus familiares y allegados surcando los cielos y los mares, sacando plata del territorio nacional o llevándoselo a escondidas cómo puedan.
Ahora “nos regalarán” energía eléctrica por las noches para que podamosr dormir, dicen.
¿Y por el día? ¿Los niños? ¿Los encamados? ¿La persona que trabaja de noche cómo y cuándo duerme con 35 grados o más en ingrata compañía de mosquitos o jejenes? ¿Cómo conectar motores o ladrones de agua?
Mi mejor amigo, en Marianao, llevaba ¡nueve días sin que entrara el agua! Son 216 horas sin descargar inodoros, sin fregar, sin limpiar, caminando cuadras y cuadras para conseguir agua para beber. “Se encabronó” (dicho en Alto Valyrio criollo) y consiguió con otros vecinos, un ladrón de agua. Lo conectaron y no dio tiempo a llenar ni diez cubos para los vecinos. Otro apagón.
Las malas palabras más gruesas del “cubañol” y las “mentadas” a familiares de otros, llegaban al Paradero de Playa.
Los cubanos queremos energía eléctrica todo el día y desayunar, merendar, almorzar y cenar. En principio.
Luego, tenemos otras muchas demandas, para las cuales hace falta, también, desayunar, almorzar, merendar, cenar y tener las casas y las calles iluminadas, limpias y arregladas. ¿No pueden? ¿No han podido? ¡Qué pena! Tiempo han tenido.
No pueden reprimirlos (ojalá no se les ocurra) porque simplemente están expresando sus NO VIDAS. Y si los reprimen, los muertos de antes fueron muertos o asesinados por gusto y será un crimen en contra de este pueblo hermoso. No son contrarrevolucionarios los que protestan. Desechen de una vez esa falacia que siempre esgrimen.
Si todo, absolutamente todo, fuera culpa nada más que del bloqueo, no habrían defenestrado a dos ministros tan importantes. Ahora mismo, los dos más importantes: Economía y Comida. ¿Fueron injustos con ellos, entonces?
