Por Tania Tasé
Berlín.- Siempre son tristes las despedidas. Significan lejanía y no saber a ciencia cierta la fecha del próximo encuentro. Aumentan el temor frío y no siempre consciente, de no estar presente en el justo momento que la otra persona te necesite con urgencia.
A pesar de saber todo eso, despides a una persona querida también con alegría, especialmente si tienes la certeza de que parte de ti, sintiéndose mucho mejor y fuerte, que cuando llegó.
Eso nos convierte en gente importante.
Estarás bien, bichito, sólo recuerda: hasta el peor de los días dura sólo 24 horas y ni un segundo más. Y siempre, SIEMPRE, hay un momento de ese día peor, que hará que sonrías.
Hasta la próxima vez, Daniela querida.
PD: Eres VIP, no a todos los invito a sentarse en mi tocón. Hay niveles.