Por Adalixis Almaguer ()
Miami.- Cuando pienso en la Cuba futura, la que yo quisiera, me viene a la mente esta playa nudista.
Usted no está obligado a quitarse la ropa. Pero, si usted quiere, puede quitársela. Quizás usted prefiere quitarse la ropa pero no le gusta meterse al agua y decide tenderse en la arena. Tal vez, como yo, se siente cómodo sólo quitándose la parte de arriba porque no me gusta poner a la arena y mi parte de abajo en la misma oración. Puede que para usted sea mejor todo lo contrario y se siente a sus anchas sin nada debajo mientras cubre sus partes arriba. Y sumando variables de agua y arena a cada una multiplicamos las posibilidades. Y si sumamos como prefiere tomar el sol se vuelve exponencial.
Usted no está obligado a quitarse la ropa, pero no puede quitarle el derecho a hacerlo al que así lo prefiera.
La playa nudista no es toda la playa. Reglas para su uso preservando la salud e integridad de TODOS los bañistas están escritas. Y los guardaparques y salvavidas se encargan de que se cumplan. Las reglas no fueron determinadas a capricho sino por concenso de muchos y tomando en consideración variedad de factores. Si en algún momento la práctica demuestra -no el peso de ninguna bolsa testicular- que se requiere modificarlas por el bien común pues no están escritas en piedra.
Si usted prefiere no exponerse, o no exponer a los suyos, a los sexos al aire libre, pues simplemente escoje otra porción de playa para recrearse.
Los cubanos, después de seis décadas de aislamiento informativo a causa de la dictadura, nos hemos convertido en analfabetos funcionales aunque ya tengamos internet. Deberíamos recordar que para que una sociedad sea sanamente estable deben coexistir las fuerzas demócratas y las conservadoras, por supuesto con la separación de los poderes que es un punto vital.
Lo que hay en Cuba ahora, llámese comunismo, llámese socialismo, llámese narcocastrismo, llámese como se llame, debe ser prohibido en el mundo por crímenes de lesa humanidad, igual que el facismo y por idénticas razones de exterminio y vejación a los derechos humanos.
El camino de la libertad no se construirá con una sola voz. Si acabáramos de entender que necesitamos de todos para lograrlo, y que una vez tengamos un país -que ahora mismo no tenemos- entonces podremos sentarnos a dialogar cómo lo queremos ya Cuba fuera libre.
Me averguenza que con más de mil presos políticos, con historias de horror que nos llegan a diario desde la isla y de las que la dictadura es culpable, los cubanos gasten energías y tiempo sacándose los trapos al sol mutuamente en un juego al ripiao o desviando el foco de atención a cosas inconsecuentes.
Con muchos activistas puede que no esté de acuerdo en muchas cosas, con muchos opositores puede que no esté de acuerdo en muchas cosas, con muchos cubanos puede que no esté de acuerdo en muchas cosas, con mi propia familia y amistades no estoy de acuerdo en muchas cosas. Pero yo no soy Cuba. Cuba es la suma de esos activistas, más esos opositores, más amigos y familia, más todos los demás, más yo misma.
A los que aportan algo a la libertad de Cuba, lo que sea que ningún esfuerzo es poco, ninguna acción es menos importante, les llegue mi abrazo y afecto. A quienes no quiero es a los asesinos que están matando a mi tierra. Ni a ellos, ni a los que los aplauden con los ojos cerrados.
Restostando memorias porque sigo #AFavorDeTodoLoQueEstáEnContra y la olla está por explotar de tanta presión. Ahora dicen que descubren corrupción a altos niveles pero eso ya lo sabíamos. Otros hablan de golpe de Estado. Yo me pregunto, ¿cuánto falta para el golpe de pueblo? ¿Cuántos apagones más? ¿Cuántas mentiras?
A usted, ¿qué fuerza mayor al destino de sus hijos le impide poner su grano de arena?