Por Renay Chinea
Barcelona.- Se ha luchado mucho, para lograr que cada idiota pueda manifestar y expresar su estupidez en todo momento. Es un lujo que solo la raza humana puede darse. La Industria de la sanación: hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias, atiende a todo el mundo sin preguntar a la entrada cuál es su Coeficiente Intelectual, o sus habilidades para sembrar patatas, o su aporte tangible al bienestar de la especie.
Un mono estúpido, ante un depredador cualquiera, dura cinco minutos -media estupidez-. Pero el Homo Sapiens, arropado en el regalo de la supervivencia aunque no estrene su cerebro, puede darse esos lujos: poner a gobernar la manada al más inepto -algo que jamás un animal haría- dañar el entorno donde vive deliberadamente, consumir sustancias que lo aniquilan sin importarle.
Es por eso que usted encuentra manifestaciones LGTB+ con camisetas del Che Guevara.. mujeres bizarras y peludas, defendiendo a Hamas y el régimen de los Ayatolas. Pantagruélicos comensales en Europa, que apoyan abiertamente los Regímenes del hambre de Cuba y Venezuela. Y ya está.. aceptémonos, aceptémoslo. Somos una aberración evolutiva. La imbecilidad es un rasgo de superioridad en el largo camino hacia la desaparición del bípedo implume que siempre hemos sido. Y más nadsa. Me voy a darle la vuelta a mi tortilla de patatas. Feliz Domingo.
