Por Carlos Cabrera Pérez
Madrid.- Ramón Grau San Martín, penúltimo presidente democrático de Cuba, es un muerto de tal intensidad que se ha adueñado del departamento de Desorientación anticubana, antes conocido como DOR.
El galimatías del pan con na sigue creciendo a ritmo de contingente para intentar bailar la danza de los siete velos sin enseñar el ombligo. La actual escasez de pan ha sido explicada por los comisarios con sus habituales galimatías.
Lástima que del otro lado, algunos compren el argumentario de la dictadura más vieja de Occidente y usen eufemismos tardocastristas como deambulantes para referirse a mendigos, compleja situación para no decir crisis o afectaciones para no decir baja o nula producciones.
Nombrar mal las cosas es un síntoma evidente de decadencia, pero los cubanos no paramos de inventar; mientras el enemigo acecha.
Si alguien duda que lea un texto de Cabañas, exembajador de Cuba en Estados Unidos, donde llora por el embullo Obama, se duele porque los piratas del Caribe sigan en la lista de patrocinadores del terrorismo y enumera la larga lista de cumplimientos en los pactos bilaterales.
Embajador, los pactos se firman para cumplirlos, o no, como hace su gobierno con el acuerdo para liberar los presos políticos del 11J con Washington y el Vaticano, a los que pretendían desterrar o con los referidos a derechos humanos y civiles de Naciones Unidas, pendiente de ratificación desde que se firmaron.
2024 es año electoral en Estados Unidos, que se ha tragado sin rechistar la avalancha migratoria cubana más grande desde el inicio del castrismo y está harto de los mentirosos de La Habana.
Pero ya la maquinaria gobbeliana de La Habana ha echado a andar la enésima operación diversionista con el tema de las minipymes, debate absurdo en el que ha vuelto a caer buena parte de cubanos de buena fe, incluidos reconocidos economistas.
El problema no es que haya pequeños y medianos propietarios privados, sino que el marco jurídico y las maniobras del aparato represivo están orientados a proteger a la casta verde oliva y enguayaberada y no a estimular y salvaguardar un sistema de propiedad privada pujante y vigoroso.
Las minipymes, como el turismo, son concesiones temporales de los dueños de Birán, S. A.; mientras aparece otra URSS u otro Chávez para volver a meter en cintura a los merolicos. El resto es baba sin quimbombó de los globalitarios.
Junto con el vagar de Grau por la desorientación gubernamental, ha vuelto Guido García Inclán, con ¡arriba corazones!, cada vez son mayores los pedidos de colectas para comprarle a los pobres de la tierra lo que el comunismo les niega, empezando por la generosa y solidaria emigración cubana que no cesa de mandar dinero a su familia y amigos.
Los cubanos expatriados, incluidos los emigrados económicos, agentes de influencia y gusañeros, son los surcoreanos de Occidente, pues Seúl no ha cesado de mandar ayuda diaria al manicomio carcelero y hambriento del norte.
Pero no todo está perdido, el compañero Díaz-Canel ha vuelto fortalecido ideológicamente de Río Cauto, donde tres de su legión de víctimas, se erizaron y él, conmovido, una flor de guarapo les dejó caer.
