Por Anette Espinosa
La Habana.- Las redes sociales son las únicas plataformas que tienen los cubanos para quejarse. Cuando hay apagones van a Facebook y postean algo, lo mismo da con seriedad que en tono de burla, lo mismo una foto que un meme.
Si el azúcar tiene particular ferrosas -incluso si es más hierro que azúcar- también son las redes el sitio para verter sus lamentos, sus burlas, o sus reclamos. Es el única lugar donde los toman en serio, o donde al menos alguien se entera de las cosas que pasan.
En San José de las Lajas, la capital de la provincia de Mayabeque, la leche que le venden a los niños tiene gusanos. No se trata de la leche en polvo, que ha cogido ácaros de tanto tiempo en sacos o almacenes, sino de la líquida, de la que venden a diario en las bodegas, acopiada diariamente desde donde el campesino se la saca a las vacas.
Esa leche tiene gusanos, con el riesgo que eso implica, porque los gusanos pueden hacerse caca en la leche y todo eso lo consumen los niños. Los gusanos pueden proceder de diferentes lugares, aunque lo más probable es que tengan su origen en los envases en que la llevan a las bodegas, o en los lugares donde las depostian en los propios sitios de venta. Todos sabemos que una bodega cubana es un escondrijo de ratones, hormigas, cucarachas, un sitio sucio, con olores desagradables, inmundo.
La foto de abajo la subió Isnayana González, con el siguiente texto: «Esto no se va a acabar nunca en este país la leche de los niños con garrapata ormiga y has gusanos yo tengo hace cuatro días mis niños con vomito y diarrea y la niña desidratada por culpa de esta asquerosa infección y mis niños no son los únicos el hospital está lleno de niños enfermos hace días y quién para esto nadie (Facebook)».
La leche atrae moscas y si los envases no se lavan bien, las moscas que ponen gusanos vienen al momento. Esa falta de higiene es normal en la Cuba comunista, y no solo desde ahora, sino desde hace mucho tiempo. ()
La leche, además de gusanos, tiene garrapatas y otros bichos, señal de que nunca la han colado. Pero, incluso, llega cargada de agua, al extremo de que se gasta en el fuego y nunca hierve. Y como saben que lleva impurezas, con la intención de fijar el sabor, la cargan de sal.
Todas esas cosas han generado que las salas de menores del hospital estén llena de niños con problemas estomacales, en momentos en que no hay medicamentos ni sueros para los respectivos tratamientos.
El grupo Revolico San José de las Lajas se ha convertido en un lugar de quejas habituales, además de muchos otros perfiles adicionales, en los cuales las madres, sobre todo, han dado rienda suelta a los reclamos. Pero ya sabemos que en Cuba no pasa nada, que nadie se responsabiliza y nadie paga.
