Por Ulises Toirac
La Habana.- Ok, allá va eso, filibusteros. Voy a tratar de no hacer un volumen muy largo pero es un poco complicado de explicar y se merecen la explicación porque además hay razones:
Desde hace tiempo me siento la vista muy jodida, progresivamente. Si me has visto en una directa, te darás cuenta que a veces tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano. Ha sido progresivo y uno no lo atribuye a nada en específico, puede haber sido debido a cansancio de la vista, espejuelos empañados, etc.
La cuestión empezó a revelarse cuando decidí medirme la vista. Hacía poco más de un año no lo hacía y ya era hora. «No lo puedo diagnosticar porque soy optometrista, pero veo cataratas» me dijo la muchacha… Ojone… me agarró la vejez a puñetazos, ahora sí pijama y «Mis Memorias».
Voy a consulta. Aparatos cósmicos (y «cómicos»). La cosa se pone mas seria: «Aparte de la catarata en ambos ojos, tienes una degeneración macular, la mácula es un órgano al final del ojo, en lo más profundo, es un proceso degenerativo que termina por dejarte sin visión. Operaremos la miopía y la catarata y luego veremos ese fenómeno»
No tengo que decir. Devastado. Publiqué «En vías de extinción» con una foto de mis ojos empejuelaos.
Ha sido duro reponerse. Obvio, no hay de otra; con o sin, hay que reinventarse y echar palante. Por mucho que mi profesión requiera los dos ojos por muchas razones, no hay opción. Hay que seguir palante.
Una buena amiga me dijo protectoramente «nadie tiene porqué saber lo que te pasa» y en otro universo eso sería posible, en el mío es discutible: miles de personas miran mi vida. Y miles reciben palos diariamente. Yo no soy una estatua, soy un tipo, una persona como todos. Una persona a la que todos pueden ver que igual recibe los palos y se levanta y sigue, pase lo que pase. «The show must go on».
Esto también me ha costado escribirlo. Quiero que entiendan el objetivo: palante.