Por Edmundo Dantés Junior ()
La Habana.- Estábamos mi esposa y yo viendo la serie True Detective, la última temporada. Trata de la investigación del asesinato de unos científicos en un lugar muy frío que es de noche no se cuantos días.
Y estaban ahí Jodie Foster (la policía jefe) y su ayudante, inmersos en la persecución de acá para allá entrevistando, comiendo rápido, llamando, cogiendo el carro y zas de un lugar pa otro y yo:
-Tú te imaginas que de pronto le diga algún policía: «dicen que hay que comprar ahora el combustible por unas tarjetas nuevas, lo acaban de decir por televisión, y en una moneda que no nos pagan»
Y mi esposa:
¡Sí, sí, o que de pronto esté haciendo una llamada super importante sobre un sospechoso y se vaya la cobertura, o se le acabe el saldo!
O que esté lista para salir y no llegue quien la va a acompañar porque llegó el pollo, y esté en la cola.
O tenga que tener familia en otro país para que le compre comida, porque en la moneda que la pagan no vendan nada.
O que de pronto, en una semana, cambien a tres ministros y se enteren por tv y no digan ni porqué.
Y ella ahí investigando, luchando con su hija adoptiva, que quiere acercarse a sus raíces y luchar por la igualdad de su raza, pueblo y estén en una manifestación pero que de pronto alguien diga que llegó el arroz y todos se vayan a comprarlo.
O que hieran a alguien y lo lleven al hospital, pero no hay insumos para tratarlo, y tampoco acepten desde el exterior, porque el gobierno no quiere que nadie se entere que no hay nada… Y entonces haya que parar todo para hacer una campaña por Facebook para que el gobierno vea que no tiene sentido lo que dice y acepte los insumos para esa persona herida que puede morir.
O tengan que revisar todo el tiempo en que zona hay apagón.
Que la obliguen en el trabajo a decir que son héroes de azul y que tengan que hacer publicaciones de las cosas sencillas que hagan, como encontrar al que se robó un tanque y gasten un día haciendo un acto de su devolución.
Que digan por TV que hay de todo pero no tengan nada.
O que los obliguen a tener una aplicación para pagar todo digital, pero al llegar a los lugares digan que no se acepta o que se cayó el sistema.
Que se enteren que se robaron 133 toneladas de pollo, que eran para alimento de su pueblo y ya, todo quede ahí.
Que no pueda salir a buscar a los sospechosos porque hay que ahorrar combustible, o porque ese día toca ir a cambio de labor con unos pescadores de la nieve.
Que esté a punto de descubrir quién, en el trabajo, la está espiando pero no puede decir nada porque es el cuadro del partido.
Que entre caso y caso tenga que revender picadillo que le envía su tía porque no le da el salario…
Y se fue la corriente.