Por Oscar Durán
La Habana.- En lo que Manuel Marrero anda por Dubai y Esteban Lazo le manda una felicitación a los profesionales de la Radio, en Cienfuegos se celebró la primera graduación de la Facultad del Partido Comunista, con alrededor de 10 egresados. Sí, como lee, el Partido tiene una Facultad, donde a la mitad de sus estudiantes le pusieron el Parole y la otra pide recarga telefónica a un familiar en Hialeah.
Ayer lo comentaba en estas mismas páginas: debemos coger las cosas con humor porque todos los días nos tiran un numerazo distinto. Es cosa de perder el tiempo leyendo la prensa oficialista y te encuentras varias cositas interesantes. Desde una receta de “Huevos endiablados” en el periódico Venceremos, hasta un comentario de un tal Sergio Rodríguez en Prensa Latina, diciéndole ladrón, estafador, asesino, terrorista, desalmado, tramposo y mentiroso a Sebastián Piñera, ex presidente de Chile recientemente fallecido.
No podemos pedirle más a la prensa cubana, ese gremio de profesionales de jabas de nylon en la cartera. Si a esta altura de la vida la graduación de 10 pelagatos del Partido es titular y primera plana en un medio, entonces debemos estar preparados para el nombramiento de Rutina como Primer Secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Deténgase un momento en la foto de este trabajo. Miren la cara de felicidad de las muchachonas y muchachones. Una de ellas comentó en Facebook: “…fueron cinco años duros, pero los vencimos y ahora estamos más capacitados para defender la obra de la revolución”.
Aquí tienen la nueva ola de dirigentes, graduados en la meca de lo que no se debe hacer. El futuro ya está aquí, cubanos. Nuestro Partido haciendo valer su concepto de inmortalidad y adoctrinando a sus pupilos por intermedio de cinco años en una mal llamada Facultad.
Recen porque la dictadura no se caiga porque a todos le van a dar paredón cuando presenten un curriculum que diga: “mi nombre es Fulano de Tal y soy graduado en la Facultad del extinto Partido Comunista de Cuba”. Ustedes mismos se van a dar el tiro de gracia.
Mirando todo esto, siento que hay cosas que a la revolución se les está yendo de las manos. Aquí tenemos un ejemplo vivo. Nadie necesita ir a un lugar a adoctrinarse por cinco años para después llegar a una oficina llena de humedad en las paredes, un buró lleno de comején y con el aire acondicionado apagado todo el día.
En una mañana se puede enseñar cómo ser buen dirigente. Solamente es cuestión de tener carisma, intención de diálogo y buen sentido del humor. Con eso, es suficiente. Sin embargo, el PCC y sus jenízaros viven en otro mundo. Un mundo donde una ministra te dice que no hay chícharos porque se congelaron las aguas en Canadá.
Cinco años de estudios en una Facultad es mucho para tanta mediocridad.
