Por El Estado como tal
La Habana.- ¿Qué debería esperarse a corto plazo en materia de “estabilización macroeconómica” por parte del autodenominado “Estado Mayor de la Economía” de Cuba? ¿Le ordenarán pisar el freno, el acelerador, o cambiar de carril?
El hecho concreto es que en diciembre pasado se aprobó -mediante ley- un déficit fiscal equivalente a 18,5 por ciento del PIB y no queda clara la racionalidad que se utilizó para asumir que ese nivel es compatible con estabilización macroeconómica alguna.
La troika institucional con la responsabilidad principal por la gestión macroeconómica en Cuba está compuesta por el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), el Banco Central (BCC), y el Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
El Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), encargado de la política fiscal y de la formación de precios, tiene como punto de partida un déficit enorme y una inflación oficial de dos dígitos y realistamente poco puede hacer en el corto plazo.
El Banco Central (BCC), responsable de la política monetaria y cambiaria, utiliza muy poco un instrumento potencialmente poderoso como la tasa de interés, no cuenta con la independencia necesaria, y opera un mercado cambiario lastimoso.
En muchos países, el Banco Central es la institución clave de la política macroeconómica. No es el caso de Cuba. El BCC “acomodará” -con liquidez sin respaldo- el nivel de déficit fiscal que le ordenen.
Muy ocupado en tareas necesarias, pero accesorias como la “bancarización”, el BCC no asume públicamente liderazgo respecto a temas como la multiplicidad monetaria y cambiaria, la dolarización parcial, el régimen cambiario, y una tasa de cambio racional.
El Ministerio de Economía y Planificación (MEP) es, a pesar de una narrativa transformadora, el baluarte del esquema de economía de planificación centralizada. Responsable por la asignación de recursos, es decisivo para la oferta y la demanda.
El MEP ha sido hasta ahora responsable por las reformas de dos componentes claves que deben “reimpulsar” la economía: la empresa estatal y los “nuevos actores”. Sin mejorar la capacidad de oferta, el paquete no llegaría muy lejos.
Sin embargo, la nueva ley de empresa estatal ha sido postergada y se ha anunciado que «la atención» a los actores no estatales sería desplazada hacia un nuevo instituto.
A pesar de lo anterior, en comparación con las otras dos entidades de la troika, el MEP probablemente disponga de un mayor margen de maniobra. No me refiero a que ofrezca una solución sustantiva y duradera. Esencialmente eso no depende del MEP.
Sin embargo, cabría esperar que en el corto plazo sería el MEP la institución líder en la continuación del paquete y debería “hacer algo” antes de la próxima reunión del Consejo de Ministros que probablemente ocurra a fines de mes.
Las medidas han sido presentadas como “necesarias e impostergables”, pero no debería descartarse una “corrección” de detalles y velocidades. De hecho, todavía no se han emitido las resoluciones ministeriales para los aumentos de precios y tarifas. Veremos…
