Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Granma nos divide en dos grupos: los mercenarios y los «sin motivo». Causa estupor cómo todavía en Cuba hay quien se preste a escribir de estos temas, manipulando la realidad histórica, para lo cual utilizan, incluso, la figura de Martí.
El gobierno de Cuba manipula todo lo que tenga a su alcance para siempre ir de víctima y desviar la realidad de un país destrozado por ellos con sus ambiciones políticas y sus nefastas decisiones económicas.
La terminología «odiadores» o «estás mal informado» forman parte del nuevo léxico político del gobierno, para adaptar su desinformación a las nuevas realidades, obviando para esto la «otra cara de la realidad y la historia». Se miran únicamente su ombligo y utilizan para esto a gente que, por un plato de comida, le dan la espalda a los suyos, sin pudor de ninguna clase. Son a estos a los que posteriormente vemos aterrizando en Madrid y Miami.
De los mercenarios no voy ni a comentar. Este tema esta gastado.
¿Pero a quién definen ahora como odiadores sin causa? ¿Sera que nos están catalogando de locos? Son muchos los viejitos o sus nietos que reclaman todo lo que el gobierno cubano les robo de su trabajo de toda la vida. Quizás esto para el periodista de Granma, un tal Miguel Cruz Suárez, del cual jamás leí un artículo, no tenga razón de ser. ¿Qué pasaría si el gobierno se lo hubiera hecho a su familia?
https://www.granma.cu/pensamiento/2024-01-30/el-odio-no-es-cubano-30-01-2024-23-01-44
No están lejos en nuestra memoria los actos de repudio y los golpes a aquellos que querían irse por el Mariel. Tampoco el llamamiento de Díaz-Canel a lincharnos, a su propio pueblo. Personalmente no se lo que es odiar, pero es evidente que si son injustos con mi gente no les voy a regalar flores.
Los odiadores son los que dan golpes, te llenan las cerraduras de la casa de estiércol, te repudian y te linchan, los que te reprimen. Y esos son ustedes.
Esa fue parte de nuestra historia, la que obvia el periodista, que quizás vive en otro país, sea diplomático, o espía.
Ciertamente el Estado no nos negó el derecho a ser profesionales, pero vale preguntarse para qué. Nos pagan salarios miserables, en otra moneda, no nos dejan participar en negocios de la economía real. Vírese y dese cuenta de que Cuba se está quedando vacía. ¿Serán esos también odiadores sin razón? ¿O estaremos todos locos?
¿Sentarnos a hablar? Con quién se sentó a hablar el gobierno cuando, pacíficamente, los jóvenes quisieron debatir su realidad en el Mincult. El periodista confunde conversar con imponer y todo el que no comulgue con sus ideas es odiador, mercenario, contrarrevolucionario, etc.
Estoy claro de que Miguel Cruz Suárez, el autor del artículo, no conoce lo que es la democracia. Este concepto admite a todas las formas de ver la sociedad, incluso antagónicas, siempre que todo se exprese a través de formas democráticas y pacíficas. No conoce todo esto, porque ellos solo conocen la imposición, la represión, la humillación, los golpes y el repudio por el solo hecho de soñar con una sociedad democrática y próspera, sí , la que ustedes durante más de medio siglo no fueron capaces de construir.
Lo de la tacita de café, le recuerdo que ante las carencias, todos los barrios parecen cárceles llenas de rejas y su gobierno fue el que desbarató esa solidaridad vecinal de la que habla el articulista, cuyo nombre no me suena y que parece más un oficial de inteligencia que un periodista. Fue su gobierno el que disminuyó a la mínima expresión el café con chícharo, que a veces ni llega a la bodega.
Todo esto, con el mayor de los respeto, se lo dice no un odiador, sino un simple cubano q como usted ama a su país, y causas para odiar hay miles, créame, pero yo no soy como ustedes, ni quiero serlo.