Bruselas.- Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron este jueves un acuerdo para entregar 50.000 millones de euros en ayudas a Ucrania durante los próximos cuatro años, después de que Hungría retirara su veto al paquete, según informó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El anuncio llegó al comienzo de una cumbre extraordinaria de de jefes de Estado y Gobierno de la UE que estaba marcada por la negativa del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a acordar el nuevo paquete de ayuda a Ucrania, que necesita liquidez con urgencia para evitar problemas financieros en marzo.
El presidente del Consejo celebró que «esto garantiza financiación firme, a largo plazo y predecible para Ucrania» y que con ello «la UE está asumiendo liderazgo y responsabilidad en el apoyo a Ucrania». «Sabemos lo que está en juego», escribió.
Antes del Consejo de líderes, Michel presidió una reunión grupal para desatascar la situación en la que estuvieron presentes Orbán, el presidente francés Emmanuel Macron, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el canciller alemán, Olaf Scholz, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
A falta de conocer los detalles del acuerdo, el ultranacionalista húngaro pedía un mecanismo para evaluar cada año la ayuda a Ucrania, a pesar de tratarse de un plan hasta 2027, y tener en cada análisis la posibilidad de veto, algo que rechazaban tajantemente el resto de socios.
Los otros 26 Estados miembros, sin embargo, se mantenían en la postura consensuada el pasado diciembre de incluir esta ayuda en el marco financiero plurianual para darle estabilidad y, de no haber logrado un acuerdo unánime, contaban con un plan B para transferir fondos a Kiev incluso sin el visto bueno de Budapest.
Esta semana, Orbán acusó a la UE de «chantaje» por la filtración de un supuesto plan para minar su economía si no daba luz verde a las ayudas, aunque las instituciones comunitarias aseguraron que sólo se trata de un «documento factual» sobre la situación de la economía húngara.
Poco antes del anuncio de Michel, varios líderes de la UE habían insistido este jueves en que su prioridad era sumar a Hungría al acuerdo para sacar adelante los 50.000 millones de ayuda a Ucrania, pero criticaron el «juego egoísta» de Orbán y le advirtieron de que los valores y principios del bloque «no están en venta».
El primer ministro de Luxemburgo, Luc Frieden, señaló por su parte que la nueva línea de ayuda económica a Ucrania «va más sobre principios que sobre dinero», algo que espera que vea «todo el mundo alrededor de la mesa» porque «no es posible en 2024 que un país sea invadido y se le deje solo«.
También se mostró firme el primer ministro polaco, Donald Tusk, quien subrayó que no hay «margen» para comprometer principios como el Estado de derecho y la «cuestión ucraniana».
Entre bastidores se hablaba de un plan alternativo para que los fondos llegaran a Kiev incluso si Budapest no daba su brazo a torcer, pero los jefes de Estado y de Gobierno insistían en el pacto a Veintisiete porque cualquier otra vía sería «demasiado difícil», en palabras del neerlandés Mark Rutte.
La posición de Orbán, que Tusk calificó como un juego «extraño» y «egoísta», elevó la frustración entre el resto de jefes de Estado y de Gobierno en las semanas previas a la cita de este jueves, durante las cuales se redobló la presión hacia Budapest para que se sume
A pesar de esta atmósfera, el canciller alemán Scholz dijo que trabajaría este jueves «muy duro» para lograr un acuerdo que incluya a Hungría y añadió que un pacto entre los Veintisiete «debería ser realmente posible si Europa se ve a sí misma como una comunidad en la que todos se defienden unos a otros y también se ayudan mutuamente a tomar decisiones». (EFE)