Por Oscar Durán
La Habana.- El homenaje de Miguel Díaz-Canel a José Martí fue ir a un lugar agrícola, dar dos guatacazos en la tierra y con la misma salir echando en su BMW. Ahora le llaman jornada productiva, pero anteriormente era trabajo voluntario. Si no ibas, te arrancaban el cuello, no tenías derecho al Atec Panda y el sindicato te amonestaba. Entonces, no era voluntario.
Pero bueno, ese no es el tema. Después de 171 años del natalicio del Apóstol, la dictadura lo celebra labrando la tierra, como diciéndole a Martí: estamos aquí, asere, porque si algo sobra en este país es la jama y estamos aportando nuestro granito en tu nombre.
¡Para lo que quedó nuestro Héroe Nacional! Una marcha de las antorchas donde más del 90% va obligado, ni combustibles había para encender las laticas, Machado Ventura -¿vieron la imagen? no podía ni con su vida y Yusuan Palacios, -ay, Yusuan- cada día está más cerca de morderse su miembro con la boca por estar cogiendo tanta lucha con un país que no funciona en nada.
La jornada productiva de Canel y su tropa no aportó nada. Puro simbolismo todo. Era domingo y la gente estaba para irse a ver una película del Paquete, incluso, hasta el mismísimo Roberto Morales Ojeda se sentía molesto porque siempre le joden su único día de descanso.
Nadie está para actos políticos, ni conmemoraciones. José Martí estuviera más contento si el régimen hubiese repartido módulos de comida para el pueblo. Así se festeja el natalicio del más universal de los cubanos, dándole alimentos a la gente y no estar en la pantalla esa de ir a un organopónico a sacar tres hierbas viejas.
El mismo Noticiero Nacional de Televisión -ese circo a granel- decía ayer que si el hombre sirve, la tierra sirve, citando a Martí. En primer lugar, aquí nada sirve, vamos a partir de eso. Pero si analizamos bien la frase, el problema de la tierra en Cuba tiene un solo culpable: el desgobierno. ¿Alguien me puede decir qué aportó a la economía la jornada productiva de ayer?
Martí no puede descansar en paz desde Santa Ifigenia. Debe estar sufriendo como mismo lo estamos haciendo nosotros. Son tiempos duros, malos. Fíjense si esto está como está que ayer fui a ponerle un mar pacífico al busto del Apóstol en mi CDR y ya se lo habían robado porque lo están cogiendo para hacer cascarillas.
Así no se puede. A 171 años del natalicio del más grande, vamos para atrás. Y lo reafirmamos con una jornada productiva donde nadie aportó un peso a la economía, exceptuando los ladrones de mi barrio que vendieron la cascarilla a 435 pesos el pedazo y levantaron su producto interno bruto gracias a José Martí, nuestro Héroe Nacional.
