Por El Estado como tal
La Habana.- Debería entenderse que “reimpulsar” la economía cubana no es acerca de estímulos para regresar a un modelo de crecimiento del cual se habría descarrilado temporalmente. Debe transformarse el actual patrón de crecimiento que es incompatible con el desarrollo.
Desde hace tiempo se reconoce que para que el país pueda avanzar hacia el desarrollo se necesitaría alcanzar, de manera sostenida, tasas de crecimiento promedio anual de cinco por ciento, o superiores.
Al igual que en el caso del llamado “programa de estabilización”, tampoco hay detalles oficiales sobre el supuesto programa para “reimpulsar” la economía. A diferencia del equilibrio macro, transformar un patrón de crecimiento es muy complicado y lleva tiempo.
El principal punto de estrangulamiento del actual patrón de crecimiento económico cubano es el bajo peso de la inversión como por ciento del PIB (15 por ciento). El segundo punto de estrangulamiento es la debilidad de las exportaciones netas.
El gráfico presenta, solamente a manera de ilustración, una posible trayectoria de modificación progresiva de variables que permitiría transformar el patrón de crecimiento. Como se ha expresado, sería un proceso complicado.
Dos variables priorizadas serían la reducción del peso relativo del consumo de gobierno y el incremento del peso de las exportaciones netas de bienes y servicios porque el actual esquema de especialización internacional de Cuba no funciona adecuadamente.