Por Gretell Lobelle
Mantilla.- Sigo con mis dolores profundos en esta isla cada día más subdesarrollada, salvaje, rota. El feminicidio es un problema grave y complejo que refleja una serie de desafíos socioculturales arraigados en nuestra sociedad, aún cuando en la Asamblea ustedes, mujeres, mismas que hablan con voz allí, que nos deberían representar en un «somos felices aquí», que lo que da es vergüenza. Aún tengo fresca las intervenciones de algunas.
Sigue y sostenido :
1. Desigualdad de género: La persistencia de un sistema patriarcal que perpetúan la desigualdad y la cosificación de las mujeres.
2. Violencia estructural: La falta de acceso a recursos (casa de acogida, círculos infantiles, vivienda, economía personal) y oportunidades, así como la discriminación sistémica, aumenta la vulnerabilidad de las mujeres.
3. Cultura de la violencia: La aceptación normalizada de comportamientos agresivos y violentos que perpetúan un clima de inseguridad para las mujeres.
4. Falta de justicia: La impunidad y la falta de acciones concretas para enfrentar este problema contribuyen a su persistencia.
5. Educación y conciencia: La ausencia de conciencia sobre la gravedad del feminicidio en nuestra sociedad.
¿El llamado a la acción para abordar estas preocupaciones y promover un cambio positivo va a seguir siendo muela y estadística para mostrar lo que hacemos de lengua para afuera?
Como sociedad, ¿qué estamos haciendo para promover la igualdad de género, educar sobre la importancia del respeto mutuo y la no violencia, así como impulsar una cultura de responsabilidad y justicia en aquellos sectores vulnerables?
Dejen el teque conmigo y no me salten ahora los machos leguleyos a convencerme del término, los responsables de verdad casi nunca se meten en el foco caliente de los conflictos y el pueblo profundo. Estamos siendo una sociedad de bestias, de machos violentos y de indolencia total.
!Y sí, hice la tarea para este post por los sapingonautas! Repito, a Mantilla, pueblo profundo, es desagradable llegar.