Por Carlos Cabrera Pérez
Madrid.- El autor de la inmortal frase: el limón es la base de todo, ha vuelto a parir y ha soltado la penúltima de sus obviedades, dizque el presidente que la economía “no funciona” a “la medida” y “deseos de todos”. Nadie como el mandatario para joder la pita, cuando menos conviene.
En casi ningun país del mundo funciona la economía a la medida y deseos de todos los ciudadanos, solo que las economías prósperas redistribuyen riqueza y socorren a los más necesitados.
Pero lo tiene fácil el primer secretario del partido comunista anticubano:
1.- Desmantelamiento de las estructuras provinciales y municipales del partido, la juventud, la fmc, cdr, ctc y demás organizaciones del entramado totalitario. Ahorro neto.
2.- Desmantelamiento de la maquinaria represiva del FARINT y adecuación de las fuerzas a las necesidades defensivas y a la economía reales de Cuba, que no son las de la casta verde oliva y enguayaberada. Ahorro neto y ganancia democrática.
3.- Desmantelamiento de la maquinaria de propaganda gobbeliana de Polanco y sus adláteres. Ahorro neto e higiene sociopolítica.
4.- Liberación de los más de mil presos políticos. Ahorro neto y justicia.
5.- Reducción del gobierno a cuatro ministerios: Transición a la democracia, Lucha contra la pobreza y desigualdad, Servicios Sociales, que incluya salud, agua potable y energía, y Exteriores, pero este último con una estructura acorde a la irrelevancia geopolítica de la isla y su condición de país empobrecido por el comunismo de compadres.
6.- Elminación de las cien grandes empresas estatales y el resto que son irrentables desde la zafra de los diez millones y privatizarlas con un proceso transparente y sujeto a la verificación independiente para que no caigan en manos de guardias del FARINT y otras guaras jineteras.
Ya podrán los trompeteros de palacio seguir anunciando que la prosperidad está a la vuelta de la esquina, de Tejas, pero se tratas de la Texas yuma y no la habanera, para desgracia de los millones de cubanos míseros por decreto gubernamental.
Chaíto, Don Miguel, a ver cuándo aprendes a gobernar, muchas gracias