LOS JUEGOS DE BÉISBOL MÁS LARGOS DE LA HISTORIA

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Por Pucho Oroza
Varadero.- Reducir la duración de los juegos de béisbol es la batalla que libran la Federación Internacional y la MLB con la intención de que tengan más aceptación y sean bien vistos desde el punto de vista televisivo. El tiempo es oro y lo demorado de los partidos es uno de los principales motivos de su exclusión en los Juegos Olímpicos.
Muchas veces los partidos se tornan demasiado largos. En nuestras Series Nacionales es muy recordado el juego entre los equipos de Habana y Matanzas, de 24 entradas en el estadio Victoria de Girón. Aquello demoró dos días en completarse. Empezó el 8 de diciembre de 1993 y terminó al día siguiente. Cómo sólo se jugaba de día el encuentro se quedó empatado a seis carreras en el capítulo doce reanudándose el 9, cuando se jugaron otros 12 inning.
Al final, se decidió en el capítulo 24 y duró seis horas y 48 minutos. El receptor habanero Pedro Luis Rodríguez compareció 11 veces oficiales al bate, implantando un récord en la pelota cubana.
En la Liga Mexicana de Verano, tres partidos se han jugado durante 23 entradas. Los protagonistas fueron Rojos del Águila, de Veracruz, y Olmecas de Tabasco, el 17 de mayo 2016; Rieleros de Aguascalientes y Cafeteros de Córdoba, el 28 de abril del 1977; y Diablos Rojos de México y Rojos del Águila, el 30 de junio de 2001.
El más reciente, el de 2016, fue el más largo de los tres con siete horas y 34 minutos. El partido inició a las 20:01 horas del día 17 y concluyó pasadas las 03:34 horas del 18, con el triunfo para Olmecas 6-5.
En Venezuela, el 5 de junio de 1938, los equipos Gavilanes y Pastora se enfrentaron durante 20 peleadas entradas en el Estadio del Lago, escenificando así, el juego más largo del béisbol venezolano. El partido duró 6 horas y 20 minutos, se inició a las 9:40 de la mañana y finalizó a las 4:00 de la tarde.
En dominicana, el día 13 de enero de 1981, los Tigres del Licey y las Estrellas Orientales se enfrascaron en un maratónico choque de 22 innings, que comenzó el día 12 y terminó el 13. Las Estrellas ganaron ese encuentro por pizarra de 4-3 en el estadio Quisqueya.
En la llamada Gran Carpa vale mencionar dos inolvidables encuentros. Uno fue el empate 1-1 en la Liga Nacional entre los Bravos de Boston y los Brooklyn Robins, que duró 26 capítulos, en el Braves Field de Boston, el 1 de mayo de 1920. En aquel entonces esas 26 entradas se completaron en 3 horas y 50 minutos.
Más reciente, el juego más largo por entradas y que terminó con un equipo ganador, fue una victoria por 7-6 de los Medias Blancas de Chicago sobre los Cerveceros de Milwaukee en 25 entradas, en Comiskey Park, en Chicago, en 1984. El juego comenzó a las 7:30 p.m. el 8 de mayo de 1984, pero se suspendió después de 17 entradas con marcador empatado 3-3 debido a una regla que existía entonces de no jugarse después de las 12:59 a.m.
A la noche siguiente, 9 de mayo de 1984, se reanudó y, finalmente, en la baja del inning 25, Harold Baines de los Medias Blancas bateó un jonrón para finalizar el desafío. En total hubo acción durante ocho horas y seis minutos, también un récord de Grandes Ligas.
Oficialmente, en los libros Guinness se establece como récord el partido entre jugadores aficionados de béisbol del área de Missouri, con 74 horas, 26 minutos y 53 segundos. Esto ocurrió en el GCS Ballpark en Sauget, del 26 al 29 de mayo de 2017. El grupo rompió su récord anterior de 70 horas, nueve minutos y 24 segundos implantado en 2015. Una barbaridad.
La frase: «hasta la belleza cansa», es aplicable a estos maratones beisboleros. Las medidas se han tomado y cada día la duración de un juego es mejor. Esperemos, que siga así, por el bien del deporte.

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