BÉISBOL, NOMBRES Y RESACA

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Por Fernando Clavero
La Habana.- Hace unos años, cuando comenzaron a imitar a las Grandes Ligas en eso de ponerle sobrenombres a los equipos de béisbol, uno de los capos del Inder dijo que era una locura llamarles Tigres a los de Ciego de Ávila, y lo argumentó fácil: “en esa provincia no hay de esos felinos. Ni en los zoológicos”.
Tampoco hubo tigres nunca en Detroit, dijo alguien sentado al frente, y el mismo hombre del Inder saltó, como movido por un resorte, y ripostó: “¿Por qué tienen que ser nombres de equipos de Estados Unidos? ¿Por qué no puede tener un nombre avileño?”. Y miró a Rodolfo Puente, que estaba sentado a su lado, como buscando consentimiento.
Entonces, luego de unos segundos de meditación se le ocurrió: “Podríamos llamarlo los Piñeros de Ciego de Ávila…” -dijo y volvió a mirar a Puente, que se sonrojó y miró a la mesa.
La propuesta, por suerte, no le gustó a nadie, incluso ni a los que estaban a su lado en la mesa presidencial. Los presentes consideraron ridícula aquella propuesta, pero, además, fueron unos visionarios tremendos, porque unos 20 años después hay tantas plantaciones de piña en aquella provincia como tigres sueltos por ahí.
Anoche, en esas horas de desvelo, luego de las habituales tres cervezas de fin de año, me puse a revisar unos vídeos viejos que me mandó de Estados Unidos el amigo Eloy Gorguet, y tropecé con unos resúmenes en los que se hablaba de Cafetaleros, Industriales, Arroceros, Azucareros, Pescadores, Agricultores, Ganaderos y Tabacaleros.
Al momento recordé aquella reunión y lo claros que estuvieron los presentes, porque si los sobrenombres a los equipos se le ponen por lo que haya en el lugar de procedencia, en estos momentos habría que llamar Carboneros a algunos, de cualquier provincia, por cierto. Podrían ser los Carboneros de Villa Clara, porque allí ya no se produce azúcar.
Los de la capital no serían Industriales, sino Mipymeros, porque en la capital ya no funcionan las industrias. O tal vez Funcionarios, porque es lo único que no desaparecerá de Cuba. También podrían ser los Corruptos de la capital.
En Matanzas, donde no hay henequén ni cítricos, y lo único que funciona es una termoeléctrica que pasa más tiempo parada que en proceso de generación, podrían llamar al equipo Turistas de Matanzas, aunque Varadero ya no forme parte de aquella demarcación y esté subordinado directamente al nivel central.
En Santiago de Cuba aún existe la misma sierra que dio nombre a Serranos, pero en Santa Ifigenia hay una piedra, enorme y fea, que pudiera cambiarle el nombre al equipo de aquella provincia: Pedreros de Santiago.
En Holguín es fácil. Allí se hacen la cerveza y la malta, en la Cervecería Bucanero SA, y aunque ya cambiaron el nombre de la última por Perla Negra, para venderla en MLC, ese podría ser el nombre del equipo: Bucaneros de Holguín, porque no creo que nadie tenga un sabueso en toda la provincia, sobre todo porque ya no hay venados que cazar.
En Canagüey no hay vacas, ni leche, ni carne. Ni vendedores de cremitas se encuentra uno ya en el crucero de Cascorro, y encontrar un nombre que sustituya a aquellos ganaderos es casi imposible, lo mismo que a los Leñadores, aunque leña hay por cantidades, sobre todo marabú, pero nadie quien la corte, porque los que pueden hacer ese trabajo se pasan la mañana planificando para irse de Cuba y en las tardes ahogan las penas y las frustraciones en alcohol, porque hace mucho rato, mucho antes de que aquel funcionario del Inder se negara a ponerle Tigres a los avileños, el deporte nacional de Cuba dejó de ser el béisbol y su lugar lo ocupó la bebida.
Por cierto, a los pinareños pueden llamarlos Tabacaleros o Vegueros, pero solo por unos años más, porque si Marino Murillo sigue al frente del tabaco, en unos dos años habrá que importar puros de República Dominicana.

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