Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Si alguien me preguntara ahora sí se pueden hacer posibles los sueños, incluso aquellos que parecen imposibles, le respondería que en boca de Miguel Díaz-Canel, el presidente de Cuba, sí. O por lo menos me parecería que sí, aunque invoque a todos los dioses del Olimpo y a su manida resistencia creativa.
Los cubanos llevamos 65 años tratando de hacer aunque sea un sueño realidad, pero nada, no tenemos suerte, no nos toca la lotería. Lo de nosotros es sacrificio, ahorro, más sacrificio, idolatrar a los líderes que son poco menos que intocables y venerar a los muertos de cualquier epopeya.
Ahora, desde enero, se rectificarán (palabra ya famosa) distorsiones económicas para hacer, incluso, lo imposible realidad. Para ello es necesario subir la gasolina, con todas las consiguientes alzas que ello conlleva: Transporte, electricidad, comida, etc.
Lo más curioso es que hace solo dos años todo esto se subió una bestialidad y los resultados fueron inflación, más miseria y una caída vertiginosa del poder adquisitivo.
¿Volvemos a hacer lo mismo? Entonces, por pura lógica, los resultados serán los mismos.
¿Cuáles son las distorsiones reales de la economía en Cuba? Control de precios por parte del Estado, pago en una moneda y cobro en otra, cero participación de las fuerzas productivas en los procesos macroeconómicos, sistema impositivo agónico para las pequeñas y medianas empresas y apuesta únicamente a la inversión extranjera.
También la ausencia de un mercado cambiario, la apuesta cero por producir, entre muchas otras cosas, pero, por lo visto hasta ahora, la tendencia del gobierno es a incidir solo con subidas de precios, y ya los resultados están a la vista, y así no se equilibra ninguna economía.
Estamos repitiendo lo mismo de hace dos años y eso solo multiplicará la miseria y la inflación. Creo que estos dos años han demostrado fehacientemente que no existe ningún plan económico que incentive la producción y, mientras eso no suceda, todo va a estar desequilibrado.
Tampoco existe ningún plan para el desarrollo de las fuerzas productivas, por miedo a que se enriquezcan y prefieren controlar la riqueza que eliminar la miseria.
Lo que sí pudiera decir con toda claridad es que están creando las mismas bases para el próximo cuento chino de finales del año próximo.
¿Quién es el culpable de todo esto? El bloqueo, amigos, el bloqueo.
Pero, ¿por qué el bloqueo no impide construir hoteles, importar autos de turismo, vender todo lo de sus tiendas en dólares?
¿De qué justicia social nos hablan? ¿Quién ayuda a los desamparados, que son más del 60 por ciento de la población?
Al final no pasa nada, y seguimos en el mismo sueño de siempre, sin que nada se convierta en realidad.
Cabrils.- Si alguien me preguntara ahora sí se pueden hacer posibles los sueños, incluso aquellos que parecen imposibles, le respondería que en boca de Miguel Díaz-Canel, el presidente de Cuba, sí. O por lo menos me parecería que sí, aunque invoque a todos los dioses del Olimpo y a su manida resistencia creativa.
Los cubanos llevamos 65 años tratando de hacer aunque sea un sueño realidad, pero nada, no tenemos suerte, no nos toca la lotería. Lo de nosotros es sacrificio, ahorro, más sacrificio, idolatrar a los líderes que son poco menos que intocables y venerar a los muertos de cualquier epopeya.
Ahora, desde enero, se rectificarán (palabra ya famosa) distorsiones económicas para hacer, incluso, lo imposible realidad. Para ello es necesario subir la gasolina, con todas las consiguientes alzas que ello conlleva: Transporte, electricidad, comida, etc.
Lo más curioso es que hace solo dos años todo esto se subió una bestialidad y los resultados fueron inflación, más miseria y una caída vertiginosa del poder adquisitivo.
¿Volvemos a hacer lo mismo? Entonces, por pura lógica, los resultados serán los mismos.
¿Cuáles son las distorsiones reales de la economía en Cuba? Control de precios por parte del Estado, pago en una moneda y cobro en otra, cero participación de las fuerzas productivas en los procesos macroeconómicos, sistema impositivo agónico para las pequeñas y medianas empresas y apuesta únicamente a la inversión extranjera.
También la ausencia de un mercado cambiario, la apuesta cero por producir, entre muchas otras cosas, pero, por lo visto hasta ahora, la tendencia del gobierno es a incidir solo con subidas de precios, y ya los resultados están a la vista, y así no se equilibra ninguna economía.
Estamos repitiendo lo mismo de hace dos años y eso solo multiplicará la miseria y la inflación. Creo que estos dos años han demostrado fehacientemente que no existe ningún plan económico que incentive la producción y, mientras eso no suceda, todo va a estar desequilibrado.
Tampoco existe ningún plan para el desarrollo de las fuerzas productivas, por miedo a que se enriquezcan y prefieren controlar la riqueza que eliminar la miseria.
Lo que sí pudiera decir con toda claridad es que están creando las mismas bases para el próximo cuento chino de finales del año próximo.
¿Quién es el culpable de todo esto? El bloqueo, amigos, el bloqueo.
Pero, ¿por qué el bloqueo no impide construir hoteles, importar autos de turismo, vender todo lo de sus tiendas en dólares?
¿De qué justicia social nos hablan? ¿Quién ayuda a los desamparados, que son más del 60 por ciento de la población?
Al final no pasa nada, y seguimos en el mismo sueño de siempre, sin que nada se convierta en realidad.