Por Arturo Mesa
Atlanta.- Lo peor que tiene el socialismo es que sus defensores son los primeros que lo entierran. Al parecer, ahora jugamos a la economía de mercado y al Viceprimer ministro se le ocurre decir los siguiente:
«Si usted compra combustible y lo vende más barato de lo que le costó, ¿cómo compra el barco que viene atrás?”.
Síganme en esta cuenta para que más nadie le vuelva a meter un cuento fantástico dentro de la isla de Fantasía. Mi salario, como guía de turismo, luego del ordenamiento, sería de unos 4000 pesos cubanos. Mi comercial, el chofer y la coordinadora ganarían los mismo.
Un mes malo, yo movía unos 20 clientes, y cada paquete se movía por los alrededores de los 3000 USD -no CUP-. Suponiendo que 2000 de esos 3000 fuesen a parar a pagos de prestatarios, en un mes malo, la agencia ganaría 20 clientes por 1000 USD, igual a 20 000 USD –no CUP-. A eso, le tengo que restar 12 000 (CUP) entre chofer (bus propio, no rentado) comercial, coordinadora y Arturito.
Suponiendo que el USD se cotice a 120, cada uno de nosotros cobraría 33 USD por grupo y eso multiplicado por cuatro daría 132 USD como partida de salario para la agencia.
No sé cómo hacerte entender ilustrísimo Viceprimer ministro, fiel defensor de toda la justicia posible, que el barco que viene detrás lo puedes comprar con los 19 868 dólares que te quedaron de ganancias, por nuestra gestión en la Agencia más pequeña de turismo, más los tantísimos USD que te quedaron de ganancias como resultado del trabajo y contribución de todos los asalariados productivos de este país cuyos ingresos son igualmente «subsidiados» por decisión estatal y respondiendo a un interés social que solía llamarse «Socialismo».
Si el interés social hoy se subordina al ingreso en divisas, ¿qué nombre le damos a tu justo y noble sistema?
