Por Abel Tablada
La Habana.- ¿Y por fin en qué terminó el proyecto de recuperación de La Moderna Poesía?
Solo me queda la tranquilidad de saber que gracias a la sapiencia y buen raciocinio de mis respetados colegas de la Oficina del Historiador este inmueble insigne de la cultura cubana y divulgador del saber universal no se entregará a una mipyme gastronómica o de minimercado aún cuando pertenezca al Instituto Cubano del libro y el Ministerio de Cultura.
No obstante, si estas instituciones logran reunir algún financiamiento y que una mipyme que combine la diseminación de la cultura, que además de libros incluya la música, las artes plásticas, el diseño y la arquitectura, etc, con otras fuentes de ingresos como un café literario como lo incluía el proyecto que tuve el privilegio de liderar en el año 2000, para sostener el negocio en el tiempo se agradecería mucho. En aquel momento fue un empresario español el inversor, podría esta vez ser la sinergia entre una empresa estatal y una privada cubana?
¡Qué buena noticia hubiera sido que se reabriera como librería para la Feria del Libro! ¿Podrá ocurrir esto para el 2025 o se está pidiendo mucho cuando hay otras tantas emergencias por socorrer en esta ciudad que más que libros pueden salvar vidas?
Quizás el error mayor es y ha sido pensar que una sola parte, es decir un directivo, un burócrata, un partido provincial, que no siente tanto por un determinado lugar, tiene la responsabilidad y el permiso para socorrer, recuperar y crear todo, eliminando muchas otras posibles iniciativas y buenas intenciones.
Animo a esas autoridades a que encuentren una solución viable para esto sin descuidar los muchos otros frentes abiertos y aún más urgentes para que se vuelva a abrir La Moderna Poesía y que su diseño, adaptado a las nuevas realidades y aspiraciones, vuelva a ser premiado y orgullo de los habaneros.