Oscar Durán
La Habana.- Tres pelagatos guantanameros, todos militantes de la Juventud, acaban de reeditar la liberación de Caimanera, ocurrida hace 65 años. Debieron gritar, como todos unos bravucones, «Batista asesino», «Viva Fidel» y «Abajo el imperialismo». Los soldados norteamericanos de la Base Naval estaban mirando aquella tontería con unos anteojos de último modelo, pero no le dieron importancia a aquello y se fueron a comer un exquisito McDonald´s.
Pero la dictadura no puede quedarse dada y salieron a provocar a los gringos. A escasos metros de la Base acaban de inaugurar la casita infantil Estrellitas de la Frontera, un local para “beneficiar” a las madres trabajadoras necesitadas del cuidado de sus pequeñines. Estúpida costumbre esta del régimen de abrir locales en saludo a una fecha. Posiblemente, dentro de año y medio las paredes de ese círculo se estén cayendo a pedazos y no haya presupuesto para arreglarlo.
El pueblo de Caimanera agradecería anexarse a ese pedazo de tierra controlado por los “yumas”. De primera trinchera antimperialista, pasaría a ser el primer territorio libre de los Castro. Así, de una. Es duro estar a pocos metros del primer mundo, mientras tu casa se está cayendo a pedazos, no tienes ni calzoncillos para ponerte y dentro de 15 días te van a subir el precio del combustible y unas cuantas cosas más.
No sé cómo se les ocurre celebrar una efeméride cuando tienen a un pueblo pasando cualquier tipo de necesidad. ¿A quién le interesa estar al resistero del sol oyendo a una dirigente partidista hablar de los logros de Caimanera? Por cierto, ¿qué logros? Si en 65 años de revolución, el único éxito del municipio fue ver a sus hijos reclamando libertad frente al Partido Municipal. Lo demás ha sido propaganda partidista y adoctrinamiento barato.
¿Qué pueden celebrar los caimanerenses a día de hoy? Nada. Ni el 31 de diciembre habrá alegría en el territorio. Bueno, ni en Cuba entera. Mucha gente se acostará sin nada en el estómago y al otro día ni ganas tendrán de decir felicidades. Nos convertimos en la carcajada de un triste, celebrando efemérides ridículas y diciéndole al pueblo que si los barbudos no hubiesen triunfado, este país fuera el patio trasero de Estados Unidos.
¿Cuándo saldremos de esto? Ahora debemos prepararnos para acompañar por todo el país la caravana de la libertad. No salimos de una para entrar en otra. En Sancti Spíritus, por ejemplo, Pedro Jorge Velázquez, el Necio, ya tiene preparado un discursito sobre el apoyo a Palestina y el legado Fidel. Mientras tanto, un poco más al este, en Caimanera, sus habitantes celebraron la toma del pueblo a ritmo de los Karachis, quienes, por cierto, cobrarán el dinero de la presentación en el próximo aniversario.