Por Jorge Menéndez
La Habana.- Decía el ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil, que entre las causas del fracaso de su ordenamiento está la emigración y la falta de fuerza laboral.
Este es un tema muy sensible para todos aquellos que, un día, viéndolas venir, decidimos radicarnos en otros países, asumiendo para ello el sacrificio de no vivir en la tierra que te vio nacer y lejos de los tuyos, en lugares donde nadie te espera y, por tanto, donde no interesas a nadie, amén de otra cultura y otras formas de ver la vida.
Cuba vive hoy un éxodo masivo hacia los lugares más disimiles del mundo, en un proceso de sálvese el que pueda, generado por la cúpula gobernante, encabezada por la familia Castro. La precariedad y la miseria son tales que los cubanos salen como pueden, incluso arriesgando su vida.
El éxodo cubano recuerda al de un país en guerra, en el cual la desesperación te lleva a tomar tristes pero necesarias decisiones. Curiosamente, la población de Cuba es una de las mas envejecidas del continente, con una natalidad mucho menor que las muertes. Y si a eso sumamos el escape masivo de las personas en edad laboral -que son los que se van- esto representa una catástrofe de dimensiones inimaginables para el futuro del país.
Por ahora, las propias autoridades reconocen la falta de fuerza laboral, y lo triste es que, en este contexto, todos tratan de buscar la forma de salir por el futuro negro que los espera, además de por las nuevas leyes destinadas únicamente a reprimir.
Cuba, según sus dirigentes, apuesta su desarrollo a la inversión extranjera, sin la participación del pueblo cubano, una herencia de Fidel Castro que nadie se atreve a cambiar. La otra parte de las divisas que necesitan, pretenden recibirlas en remesas desde el extranjero, uno de los motivos por los cuales quieren que se vayan cada vez más personas.
¿Puede un país lograr algún desarrollo con ese modelo?
La respuesta es evidente: ese modelo es insostenible. Por una parte, la riqueza en el mundo la crean las pequeñas y medianas empresas, las cuales forman la clase media que sostiene a cualquier país. En Cuba la apuesta es a la fracasada Empresa Socialista, líder mundial en creación de miseria.
Por otra parte, ademas de no captar las inversiones extranjeras planificadas, por la poca transparencia de las leyes para inversionistas, las escasas que llegan, además de hacerlas limitando la participación de las fuerzas productivas cubanas, generan producciones que no han tenido ningún impacto en la vida diaria del país, porque o se venden en dólares o se exportan. También puede que se pare la inversión por falta de moneda dura o de electricidad.
Otro factor, que yo considero fundamental, es que el sistema eléctrico cubano está en un estado tan deplorable que es incapaz de aguantar la demanda de la industria existente, que es mínima, y de esta manera no es posible aspirar a ningún desarrollo.
El sistema -léase gobierno- utiliza los ingresos de las remesas para vender absolutamente todo en las tiendas en dólares, pero estas irán disminuyendo en la medida en que nuestros padres vayan desapareciendo, además de no ser ilimitadas.
Sobre todo esto pudiera argumentar más cosas, pero antes se me ocurre una pregunta. ¿Realmente el gobierno cubano apuesta por desarrollar el país o por dejarlo vacío? Debatamos .