LA CULPA ES DEL BLOQUEO

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Por Javier Bobadilla

La Habana.- La escuesta sobre la dolarización la hice en Telegram. Hay tremendo debate por allá. Aquí no pude, ni en WhatsApp. En ninguno de los productos de Meta. La culpa, por supuesto, se la voy a echar al bloqueo.

Hace unos días el mismo Facebook me invitó a crearme un canal. Abrí, y tenía la notificación, como cualquier influencer neoyorquino con unos miles de seguidores. El primer mundo llamaba a mi puerta. Más que eso, me tumbaba la puerta del baño con un hacha.

Acepté, me salió la pantalla de crear el canal, volví a aceptar, y a todos ustedes les salió un mensaje invitándolos a unirse. Hasta ahí, todo perfecto.

Hace unos días, verifiqué mi página.

Y la cagué.

La verificación de Facebook -la marquita azul al lado del nombre- garantiza que esa página o perfil es la presencia auténtica en la red de la entidad que representa. Si en el futuro alguien comparte que Javier Bobadilla dijo que «yo voto por todos» o algo de eso, es tan sencillo como ver la publicación y asegurarse de que tiene la marquita. Yo les aseguro que no la va a tener. La cuenta la pueden falsificar, pero la marquita, no.

Para obtener la verificación se han de cumplir varios requisitos, en dependencia de qué es lo que se verifica. En mi caso, para verificar una página de figura pública, necesitaba tener cierta cantidad de publicaciones en Facebook, reacciones a estas publicaciones, comentarios a estas publicaciones, que fueran compartidas, y que otros sitios fuera de Facebook hicieran referencia a mis publicaciones y a mi persona. Zuckerberg tiene que saber que uno no está inflanda.

Hay un paso crucial en todo esto, y es que para verificar una página personal, hay que proveer un documento de identidad. Yo mandé una foto de mi pasaporte, y ahí Zuckerberg se dio cuenta de que yo era cubano. De que lo había sido todo el tiempo.

«Ehhhhhhh… Este punto es cubanichi! Me tenía mareáo… Pártelo, jabáo!!!»

Y ahí mismo mi canal de Facebook desapareció, junto con las encuestas. En su lugar quedó un cartelito que dice que «Las encuestas de Facebook no están disponibles para su país o región», con un botoncito de Aceptar. Chupa y traga.

Como siempre, y ya ustedes deberían estar acostumbrados, esta es la parte en que digo que la culpa no es de Zuckerberg. El jabáo es el dueño de Meta, está luchando, y no quiere que le jodan el negocio. Facebook y WhatsApp son como su casa, y yo soy un invitado gratis. Y no importa cuánto dinero tenga, el Departamento de Estado de los Estados Unidos está por encima de él.

Siempre habrá quien me diga que los EEUU no me tienen que dar nada. Ok. Pero tampoco le tienen que dar nada a un influencer en Polonia, ni en Korea del Sur, y se lo dan.

También habrá quien me quiera explicar el bloqueo, porqué está ahí, y porqué todo lo demás. No me hace falta, ya yo sé. Pero yo no soy del Partido ni del ejército. ¿Por qué hay que aplicarme las mismas reglas?

Ya voy entendiendo por qué Trump se quiso hacer su propia red social.

Les confieso que lo he pensado. Diseño y programación por mí mismo. Con todo lo que se me ocurra. Estoy pa’ eso. Si a alguien le interesa el asunto, ahí estoy en el privado.

P.D. Estamos al borde de un nuevo Reordenamiento. Si lo ponen en práctica, vamos a descender un orden de magnitud, y si es usted de los que cree que del inframundo pa’bajo no hay más niveles, aquí le dejo una frase iluminadora de Pablo Coelho:

La mierda no tiene fondo.

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