Por Mkc Cerralvo
Santa Clara.- Yo sé que en este Gobierno se han roto muchos récords, como el nunca soñado, el que se creía inalcanzable: el de “importar azúcar”.
Esto era impensable décadas atrás… Pero también era impensable lo que hoy representa el costo de un limón, una libra de arroz, una libra de frijoles, un huevo, entre tantos récords más.
Hay un nuevo logro gubernamental, que se ha puesto de moda, que me ha asombrado, también impensable años atrás, pero que, entre tantos asombros, se está haciendo habitual… aunque va contra toda lógica, razonamiento, y sobre todo, contra lo dicho por líderes años atrás que «¡nunca ocurriría»!
El eterno, el más criticado por los cubanos, pero el que nunca faltó, que ha vivido varias etapas pero siempre había estado presente, que dio el paso al frente cada día, por crudo que estuviera el periodo especial en los 90, que se alió con el boniato para sobrevivir, que le robaban cuanto ingrediente necesitara: el aceite, la manteca, la harina, la sal, el peso… pero aun así salía y llegaba a cada casa…
Del que muchos foráneos se rieron porque en nuestro país a cada cubano le tocaba uno solo… ese, el que ha acompañado cada batalla, cada insuficiente desayuno, cada merienda de los niños por pobre que fuera…
Ese heroico PAN… Hoy está faltando
Empezó con una ausencia, después otra, luego dos seguidas, y ya hoy se va convirtiendo en una incógnita saber si mañana lo volveremos a ver en nuestra mesa, y más aun si en el futuro estará con nosotros.
PAN, donde quiera que estés, disculpa las veces que te critiqué, que me burlé de ti, por tus condiciones, por tu calidad, por tu tamaño, por tu olor, por tu sabor. Pero tengo miedo a perderte, porque si algo he aprendido en este país, es que: “Lo que se va, no vuelve”.
Así sea una persona, una libra de arroz, un paquete de chocolatín, o un cupón de ropa.
