Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Mientras Europa y sus descerebrados políticos pretenden simular unanimidad frente a Ucrania en lo político, lo económico y lo militar, la realidad es que Eslovaquia, Polonia y Hungría tienen bloqueadas sus fronteras a los camioneros ucranianos, que se dedican a cobrar menos y así perjudicar a sus colegas de estos países.
Polonia y Eslovaquia, además, han declarado que no van a darle más armamento a Ucrania. Y el propio gobierno polaco y sus similares de Rumanía, Chequia y Bulgaria, mantienen un bloqueo a los cereales ucranianos, que han alterado los precios en sus respectivos países y han perjudicado al sector productivo,
Hungría no reconoce la vara de medir de la Unión Europea respecto al cumplimiento de los requisitos para ser miembro por parte de Ucrania, país con una corrupción galopante, sin economía y con un sistema judicial de los peores del mundo.
Decía el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, que a otros países, con mejores indicadores que Ucrania, no se les mide con esa vara y para mostrar unanimidad, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han tenido que celebrar sendas reuniones con Orbán. Al final, lo obligaron a ausentarse de la votación por presiones políticas de ambos señores.
Ante estos hechos, cabe preguntarse ¿en qué consiste la solidaridad europea? ¿Dónde se manifiesta esa solidaridad?
Europa practica la política de «Aquí vale todo», cuando nadie se ha sentado a valorar las consecuencias para muchos países receptores de ayudas europeas, que tendrán, necesariamente, que convertirse en contribuyentes. Solo entonces oiremos las voces de los dirigentes de esos países, tal vez los mismos que se reunieron con Orbán y lo presionaron.
Aunque Europa quiera, jamás podrá sustituir el dinero que envía Estados Unidos a Ucrania. Es fácil darse cuenta, aunque ayer, un congresista estadounidense llegó en Washington a una conclusión brillante al preguntarle a Vladímir Zelenski qué cómo aspiraba a tener éxito con 60 mil millones, si con los 100 mil millones, que ya le habían otorgado, su contraofensiva no llegó a ninguna parte.
¿Por qué el contribuyente americano entonces tiene que darte su dinero?, le dijo.
Mas claro, el agua.