Por Mkc Cerralvo ()
Santa Clara.- Hoy vi por el Noticiero que para repartir paquetes y eliminar el atraso de la empresa de correos, se permitió a una entidad privada ayudar en ese sentido y han ganado en eficiencia y rapidez con la entrega de la paquetería.
Hace tiempo, le arrendaron los baños de las terminales a los particulares. Aunque muchos siguen destruidos y en malas condiciones, otros han dejado de ser lugares súper cochinos, mal olientes y abandonados.
Arrendaron locales estatales de servicios a particulares y vuelven a retomar la luz, las ofertas, la belleza, el servicio. Permitieron grupos constructores privados, y construyen mejor, son más rápidos y logran mejor calidad en lo que hacen. Hay nuevas pequeñas empresas de producción de alimentos, y son más eficientes, trabajadoras, con mejores resultados y producciones.
Existe el sector privado en muchos renglones como el transporte, la mini industria, construcción, diferentes producciones, y mucho más.
Por lo que veo, todo lo que pasa a propiedad privada mejora, mientras que la vieja propiedad estatal sigue esperando el sueño y la promesa de volver a levantarse algún día.
Y aunque los máximos directivos aseguran, prometen, juran y perjuran que la empresa estatal socialista es la que lleva la principal parte de la economía del país, para nada los cuestiono, si la actual economía es un reflejo de eso.
Ya quisiera ver en manos de particulares los centrales, los hoteles, el grueso de la agricultura, las industrias del país, incluso, hasta sectores como la salud y la educación y todo lo que huela a derrumbe, abandono, ineficiencia y obsolescencia.
Estoy seguro que se podrían construir muchas viviendas en los actuales edificios de los diferentes ministerios y, a pesar de esto, la producción seria al doble, el triple… 10; 20 veces más que la actual.
Así, la economía cubana no depende de la empresa estatal socialista, mejoraría obligatoriamente y con ella la vida de todos los cubanos. Quizás, esto daría poder al sector privado y el Estado quedaría en un segundo plano, junto a sus gobernantes y familiares. Como es lógico, nada de esto les convendría. Por lo tanto, seguirá reinando la empresa estatal, aunque se esté cayendo a pedazos.