Por Rafael Muñoz ()
Berlín.- Tengo la impresión de que la percepción que se tiene de Cuba en Alemania, o al menos en Berlín, ha pasado por tres momentos desde que llegué en 2002.
— Desde mi llegada hasta la visita de Obama en 2014, había aún la admiración por la revolución, la aureola del gerrillero. Era posible ver gente con camisetas del Che Guevara en la calle. Incluso te preguntaban si eras «cubano de allá o exiliado».
— Después de la visita de Obama se destapó la fiebre por ir a Cuba «antes de que todo cambiara», «antes de que los americanos llenaran aquello de McDonald’s y Coca-Cola». Alcanzó su punto máximo en 2018, cuando se dieron cuenta de que aquello no le interesa ni a los cubanos, y los americanos ya tienen bastantes problemas como para hacerse cargo de 11 millones de pobres más. Y así comenzó a bajar ya en 2019.
— 11 de Julio de 2021 a la actualidad, cada vez es más frecuente referirse a Cuba como una dictadura. Incluso en el Parlamento suena la palabra a cada rato muy a pesar de los «Linke» que van de capa caída. Hace tiempo no veo a nadie con camisetas del Che Guevara.
El 11 de julio de 2021 y los días sucesivos los noticieros se llenaron con las imágenes de las protestas en la isla y la policía reprimiendo como corresponde en una dictadura. Las manifestaciones contra el gobierno que los cubanos en Berlín hicimos frente a la embajada cubana, el Reichtag y el muro de Berlín* fueron vistas y replicadas en las redes sociales por los berlineses. La noticia del ciudadano cubano-alemán Luís Frometa Conte condenado a 25 años por filmar las protestas terminó de romper la imagen idílica de la isla en la capital germana.
Ayer conocí a un matrimonio, ella abogada, el ya retirado. Ambos nacidos en el Berlín Oriental, tendrían entre 30 y 35 años cuando cayó el muro en esta ciudad. No me gustan los libros o documentales de historia, prefiero y tengo el privilegio en esta ciudad de oír las anécdotas en primera persona.
— Cuba es la RDA sin comida, con palmas y una Stasi chapucera que se cree inmune y por tanto no se cuida en dejar huellas por donde pasa.
— ¡Ah Cuba! — concluyó la señora— viajar a la isla va a quedar como un sueño no cumplido, pero yo ya tuve bastante con la RDA para ir a meterme en otra dictadura.
Conversaciones como estas eran impensable hace 15 años, hoy son cada vez más frecuentes
* Las manifestaciones en Berlín podrían haber sido mucho mayores, pero desgraciadamente, y esto es una crítica, la inmensa mayoría de los cubanos en Alemania estan más preocupados en cómo mandar pacotilla a su familia que defender el derecho de esa misma familia a percibir un salario digno que le permita vivir sin tener que depender de ayuda de nadie.
Claro que esto no es privativo de los nativos de esa isla en Berlín o Alemania, pero es lo que veo. Y así nos va.
