Carlos Cabrera Pérez
Madrid.- Los compañeros del FARINT han improvisado una mediocre respuesta a la caída del espía Rocha en Miami y, como todo pugilato, deja en cueros a sus promotores. A ver si el Departamento de Prensa del organismo nos aclara las siguientes dudas:
Si el principal objetivo de la Inteligencia cubana en Estados Unidos es el exilio violento, ¿cómo es posible que haya tantos terroristas en Miami? ¿También falla en eso el FARINT? ¿Van a volarle la cabeza a los compañeros del Estado Mayor y los jefes de direcciones y secciones responsabilizados con cuidar a la patria?
¿Cómo es posible que una revolución que alfabetizó al 23% de la población iletrada que padecía Cuba en 1959, tenga más cárceles que universidades? ¿Falló la educación del Hombre nuevo?
¿Porqué una revolución de los humildes, para y por los ídem, produzca tantos terroristas y tan pocas medicinas, azúcar, viandas y carne de res?
Los emigrados no somos tontos y sabemos que la resolución del FARINT publicada en la Gaceta Oficial es el queso mohoso de la vieja ratonera, salvo en el nuevo enfoque hacia influencers que apuestan por un levantamiento popular en Cuba, como el ocurrido el 11J, que no fue planificado ni organizado, de ahí el temor perpetuo en que vive la casta verde oliva y enguayaberada.
En paralelo, la DI desarrollará tareas de enfrentamiento entre los youtubers señalados por el libelo de La Habana para intentar convertirlos en fuentes de influencia y desestímulo. Tener en cuenta la involución del Micha.
Con esta maniobra, los compañeros del FARINT ganan tiempo para diseñar un plan más detallado y de mayor alcance que les permita elaborar nuevas legislaciones donde se sancione a todos los que se vinculen a “elementos terroristas” marcados por el estado, y de esa forma intentar frenar la movilización popular, cuya fuente de inspiración principal no son los youtubers cubanos, sino el derribo de la nación a manos de unos pocos.